Pancorbo | Burgos

YACIMIENTOS MEDIEVALES DE
PANCORBO

Medieval

Pancorbo se ubica en un profundo cañón del río Oroncillo. Este estrechamiento de inmensas paredes verticales es conocido, aparte de por su extraordinaria belleza natural, por ser un lugar de paso natural obligado entre la Meseta y los puertos del Cantábrico. A día de hoy, por ejemplo, atraviesan el desfiladero: la carretera nacional, la autopista y el ferrocarril Madrid-Irún.

Los primeros pobladores de este privilegiado territorio se remontan al Neolítico Antiguo. En el paraje conocido como el Prado se ha localizado y excavado un poblado Neolítico de hace, al menos, 7000 años. También se reconoce la presencia de pobladores durante la Edad del Hierro y en época romana. De este último momento son magníficos testimonios las estelas funerarias romanas que se hallan embutidas en las paredes de la ermita de El Barrio.

Pero será en época medieval en la que la población tendrá su máximo apogeo. Varios hechos históricos avalan su trascendencia en esa época. Así, se la menciona en las incursiones que realizan los musulmanes contra los territorios cristianos un siglo después de la conquista. En el año 882 atacan el castillo de Pancorbo,en aquel momento en la frontera de Castilla, y tras varios días de asalto los sarracenos son derrotados. Alejada ya de la frontera con los musulmanes, entre otras razones por su excepcional condición estratégica, durante varios siglos fue una plaza fuerte codiciada por los reyes navarros, leoneses y castellanos. A mediados del siglo XI el rey Sancho IV de Pamplona en algunos documentos aparece como rey “en Pamplona, en Nájera y en Pancorbo” y el rey leones Alfonso VII en 1147 concede un fuero al “Concejo de Pancorbo”.

La población fue creciendo, amparada por los poderes reales y gracias al intercambio de productos que se celebraba en su mercado, del cual poseemos ya referencias documentales en el siglo X. De este periodo histórico disponemos de excelente información obtenida por la arqueología en el paraje de Santa Marta, un antiguo barrio medieval, desaparecido a finales del siglo XV, en el se han exhumado casas, calles, terrazas de cultivo, etc..

Las campañas de excavación en el yacimiento demuestran la utilidad de la metodología arqueológica para aproximarnos a los modos de vida y economía de las gentes medievales de nuestro territorio. Esto es posible gracias a la intensa ocupación de la zona a los largo de la Edad Media. Las casas se derribaban y reconstruían con frecuencia y se han llegado a reconocer hasta 6 superposiciones de viviendas en un mismo espacio.

Conocemos por la arqueología que la vida en época altomedieval se organizó en torno a pequeños barrios de unas cuantas casas, en los que se edificaba una iglesia y en cuyo entorno se situaban las tierras de cultivo. En los siglos XI y XII se produce el agrupamiento de estas pequeñas poblaciones, aumentando la densidad de ocupación, y también se observa una especialización económica por barrios. En el caso de la población de Santa Marta sus pobladores en los siglos XIV y XV suponemos que fueron comerciantes judíos. Se han hallado en varias casas las celebres hanukiya, una lámpara de cerámica en la que hay 9 depósitos para el aceite. Se trata de unas lámparas rituales que se usaban en la fiesta judía de las luces que se celebra entre finales de noviembre e inicios de diciembre

Pero no este es el único argumento para suponer la ascendencia judía de los moradores de Santa Marta, entre los numerosos restos de fauna recogidos en la excavación son muy raros lo restos de cerdos. Animal que sabemos no forma parte de la dieta de los judíos.

La cerámica recuperada nos habla asimismo del privilegiado estatus económico de los habitantes del barrio y la red de intenso intercambios comerciales que se realizaban en Parcorbo. Se han localizado vajillas de procedencia tan dispersa como Aragón, La Rioja, Castilla y Valencia.

Este bienestar económico es muy probable que se truncara al final de la Edad Media por el acoso imperante en aquel momento a los descendientes de judíos. Una estructura visible que circunda el barrio de Santa Marta se explica como una cerca que aislaba al barrio judío de la población cristiana. Una división física que se implantó en la mayoría de las poblaciones con aljamas judías a partir del siglo XIV. Muy probablemente tras la expulsión de los judíos por los reyes católicos las casas fueron abandonadas y desde entonces no se volvió a habitar esta zona de Pancorbo.

EL YACIMIENTO Y SU VISITA

Se ha dispuesto una ruta “Pancorbo, de Castillo a Ciudad Medieval” que cuenta con señalización interpretativa en los principales recursos arqueológicos que se visitan. Es conveniente iniciar el recorrido en el Centro de Interpretación de los Montes Obarenes que ofrece una interesante y detallada explicación de la historia de la villa. Tras recorrer la población y salir por el Arco, uno de los escasos restos que han llegado a nuestros días del recinto amurallado medieval, la ruta se dirige al yacimiento de Santa Marta para finalizar en el castillo.

Poco queda del castillo medieval, alterado intensamente a lo largo de las épocas moderna y contemporánea. Se tiene constancia, por ejemplo, de la construcción en el siglo XVIII de la Fortaleza de Santa Engracia y la instalación de algunas baterías en el castillo Viejo. Igualmente conocemos que estuvo en uso durante la Guerra de la Independencia y que fue incendiado en la Primera Guerra Carlista (1833-1839) por las tropas realistas. Desde aquel acontecimiento no se volvió a utilizar.

LOCALIZACIÓN