Peranzanes | Leon

CASTRO DE CHANO

PARQUE ARQUEOLÓGICO

Romano

Una de las principales consecuencias de la conquista por los romanos de los astures, extendidos en nuestro territorio por las actuales provincias de León y parte de la de Zamora, fue la radical transformación de los modos de vida tradicionales.

Los romanos de manera inmediata destinaron sus esfuerzos a la explotación de los principales recursos de la región, utilizando para ello la mano de obra local. De tal modo, el castro de Chano se erige en la primera mitad del siglo I como un hábitat de población astur –claramente reconocible en todos los elementos de su bagaje: cerámica, orfebrería, etc. –, pero muy alejado del sistema económico de subsistencia local basado en la agricultura y la ganadería propio de las asentamientos astures prerromanos.

El auge que adquiere la actividad minera en esta zona leonesa bajo la dirección de los romanos, explicaría el origen de este castro, que, por otra parte, imita en su emplazamiento sobre una escarpada pendiente y su  complejo  defensivo de muralla y fosos a otros poblados de época indígena.

Perpendiculares a éstos hay varias zanjas, seguramente cortes de mineral para la obtención de pizarra. Pero no es este el único lugar en el que se detectan labores mineras desempeñadas por las gentes del castro. Frente al asentamiento castreño, al otro lado del río, hay varios terrenos en los que hay indicios de minería antigua. El poblado en todo caso no se dedica de manera exclusiva a la minería. Las herramientas agrícolas, halladas por decenas, sugieren la intensa explotación del fértil valle al pie del castro. Igualmente la inusual abundancia de útiles de hierro, que los análisis metalográficos desvelan de origen local, apuntan a que en el poblado estaba instalada una importante forja de hierro.

En las excavaciones se han descubierto dos pequeños tesoros de joyas y monedas que después de su ocultación no fueron recuperados por sus propietarios. Podría argumentarse que hubo un brusco abandono del recinto castreño que impidió a sus legítimos propietarios recoger tan valiosa fortuna, si no fuera porque no hay ningún otro argumento que lo ratifique; no hay evidencias de incendio, ni de destrucción intencionada. Sí es cierto que el castro estuvo habitado un inexplicable corto espacio de tiempo, alrededor de cincuenta años.

EL YACIMIENTO Y SU VISITA

El castro astur de Chano es uno de los yacimientos señeros de Castilla y León, entre otras cosas, por el excepcional estado de conservación de las viviendas astures. En la mayor parte de los yacimientos excavados son visibles las más de las veces los cimientos de las estructuras arqueológicas. Por su parte, en Chano se han descubierto y consolidado hasta el momento 20 cabañas de lajas de pizarra que en algunos casos mantienen intactos alzados originales de hasta 4 metros de altura. En varias viviendas incluso conservan los orificios –mechinales– que soportaban las cabezas de las vigas del suelo de la segunda planta o sobrao.

Las viviendas se distribuyen por la ladera sin un orden establecido, protegidas al norte por un gran muro de contención de cerca de 2 metros de anchura que las rodea. Es tal la densidad de viviendas que, salvando algunas escaleras de piedra, en muchos sectores no existe un espacio de circulación entre ellas, cortando incluso los pasos entre las casas con muros de nivelación. Las cabañas son de planta circular y oval, tienen entre 3,5 y 5,5 metros de diámetro y disponen de un umbral sobre elevado de las puertas para protegerse de las aguas de lluvia. Otras características comunes a todas ellas es la presencia de un pequeño murete en el centro con un orificio para introducir el poste central que sostenía la cubierta; una losa de pizarra apaisada delimitada por otras piezas de pizarra hincadas que servía de cocina; pequeños huecos en las paredes a modo de alacenas; y un banco de piedra pegado a los muros usado de asiento durante el día y de lecho para el descanso nocturno.

EL PARQUE ARQUEOLÓGICO

En las inmediaciones del castro, junto al camino de acceso se han reconstruidos varias cabañas que se asemejan en sus materiales, altura, etc. a las viviendas astures. En dos de ellas imitan en su interior los ambientes domésticos de hace dos mil años mediante objetos que copian los antiguos,. Podemos así entrar en una cocina astur dotada de los utensilios asociados a la vida junto al hogar, y en un almacén, en el que vemos y podemos manipular las herramientas más habituales de las gentes astures, sobre todo útiles mineros y agrícolas.

LOCALIZACIÓN Y VISITA

Desde Vega de Espinareda hay que dirigirse hacia el valle de Fornela en el que disfrutaremos de magníficos paisajes. Una vez pasado Chano, a algo más de un kilómetro en dirección a Guimara, nos encontramos a la izquierda con las cabañas recreadas y la indicación para acceder al castro astur.

La visita al yacimiento es libre y las cabañas recreadas tienen horario de visita.

El castro de Chano se encuentra en el paraje natural declarado de los Ancares.