La Alberca | Salamanca
VALLE DE
LAS BATUECAS
AULA ARQUEOLÓGICA DE LA ALBERCA
El Valle de las Batuecas es uno de los Espacios Naturales declarados de la comunidad autónoma de Castilla y León. La singular orografía del valle, notablemente encajado y cubierto con una exuberante vegetación, hacen de este espacio natural un lugar de visita obligada.
A buen seguro que por razones mucho más prácticas que la admiración del paisaje como, por ejemplo, la abundancia de caza o sus excelentes condiciones para el pastoreo de los rebaños, el hombre visitó reiteradamente este lugar durante la Prehistoria. Así, sabemos que hace más de 6000 años pintó figuras y símbolos en varias covachas del valle. Hasta la fecha hay registrados alrededor de una treintena de abrigos con manifestaciones pictóricas prehistóricas.
Las Batuecas está considerado como uno de los conjuntos de arte rupestre más importante por el número de abrigos localizados y, sobre todo, por la calidad de las representaciones de lo que se conoce como Pintura Rupestre Esquemática. Un particular estilo de arte prehistórico extendido por toda la Península Ibérica principalmente durante el Neolítico y el Calcolítico, entre el 4000 y el 2000 a. C.
VALLE DE LAS BATUECAS
La Pintura Rupestre Esquemática se caracteriza por la gran abstracción de los motivos dibujados, unos rasgos mínimos que permiten tan solo suponer su correspondencia con el mundo real. Por ejemplo, dibujan la figura humana mediante un trazo vertical que engloba la cabeza, cuerpo y, en su caso, el sexo masculino; Por su parte, para señalar los brazos y piernas recurren a dos trazos curvos transversales a aquel vertical. Otros signos identificables son los círculos rodeados de trazos cortos que se cree representan el sol. Rotulan los animales también mediante trazos, si bien, no se sigue este patrón por completo en las Batuecas. En los abrigos salmantinos los animales presentan un estilo más naturalista, ayudando con ello a esclarecer las especies, entre otras , cabras, peces o ciervos.
Si no resulta fácil interpretar los motivos pintados, es aún más complicado averiguar el sentido de las escenas. Teniendo en cuenta que los autores de las pinturas ya dominan la agricultura y la ganadería, en las que basan su economía, algunos investigadores manifiestan que los conjuntos de cuadrúpedos, en Las Batuecas normalmente cabras, relatan escenas de pastoreo; con el gran inconveniente para esta conclusión que en buena parte de los paneles junto a los supuestos rebaños no comparece el pastor. Este detalle es decisivo para otros tantos investigadores a la hora de señalar que se trataría de especies salvajes. Una afirmación de gran interés, pues de ser cierta, estaríamos ante el reconocimiento más antiguo , más de 6000 años, de las especiales condiciones ecológicas del valle para el hábitat en su interior de especies salvajes. Recordemos a este respecto que en la actualidad es uno de los pocos refugios de Cabra Hispánica.
Mucho más sencillo resulta identificar algunas escenas de caza, puesto que aparecen figuras humanas portando armas y en sus cercanías vemos ciervos. Hay varias figuras humanas que aparecen agrupadas y con trazos que manifiestan movimiento en los personajes. ¿se trataría de la representación de posibles danzas rituales? . Asimismo se intuye que en los paneles hay una marcada estratificación social entre los personajes pintados. Algunas figuras son de un tamaño excepcional frente al resto, y, por si fuera poco, las de mayor tamaño se adornan con penachos y portan instrumentos que los diferencian claramente del las otras figuras humanas . ¿Es la evidencia gráfica de la existencia de chamanes o jefes?.
Las dudas y opiniones encontradas son igualmente evidentes cuando se argumentan las razones por las que estas gentes prehistóricas pintaron los covachas. Algunos, los menos, comentan que simplemente son una recreación artística de la vida cotidiana, una especie de escritura gráfica. Son más numerosos los que argumentan que estos abrigos son el reflejo de creencias religiosas. Estaríamos ante santuarios en los que celebrarían las ceremonias religiosas de la comunidad. Para ello aducen que las figuras humanas casi siempre escenifican ritos religiosos y en lo que respecta a las escenas de caza, responderían a ritos propiciatorios para facilitar la captura de las especies dibujadas.
LAS COVACHAS Y SU VISITA
En la localidad de la Alberca hay un Aula Arqueológica sobre las pinturas rupestres del valle de las Batuecas y la vida, igualmente interesante, de los eremitas en el Valle. Desde este lugar organizan actividades guiadas a los abrigos. Ya en el valle de las batuecas podemos visitar varios abrigos debidamente señalizados, entre los que hemos seleccionado aquellos más representativos y de acceso más sencillo.
CANCHAL DE LAS CABRAS PINTADAS
Una vez situados en el monasterio de La Batuecas hay que continuar desde el exterior de la tapia por un sendero que discurre paralelo al curso fluvial. Tras pasar junto a una enorme acumulación de piedras sueltas sale un camino en zigzag que asciende por la ladera; a menos de 100 metros del desvío hallamos la verja que protege el canchal. Una vez situados frente a los motivos pintados podemos admirar a la izquierda un grupo de cabras en situación estática y frente a ellas una de mayor tamaño, quizás el macho dominante del rebaño. En el panel hay otros rebaños de cabras siempre en grupos. En el centro del panel , en la parte inferior, asoman dos peces y más a la derecha advertimos, junto a varios signos de difícil interpretación, varios ciervos y dos personajes portando arcos en una escena de caza.
CANCHAL DEL ZARZALÓN II
Debajo del Canchal de las Cabras Pintadas, avanzando por el camino que sigue el curso de agua, se ve otra covacha protegida por una verja. En este abrigo hay una escena con varios cuadrúpedos: cabras y bóvidos. Particularmente interesante es aquella con varios personajes en movimiento y rodeados de símbolos astrales. ¿Una imagen de un baile o ceremonia ritual dirigida al sol?.
UMBRÍA DEL CANCHAL DEL CRISTO
Desde el canchal de las Cabras Pintadas hay que seguir por el camino unos 350 metros hasta una bifurcación. Continuamos entonces por el sendero que atraviesa hacia la margen izquierda del arroyo y a unos metros alcanzaremos el abrigo que alberga las pinturas rupestres.
En la Umbría del Cristo hay pintada una escena en la que participan varias figuras humanas, algunas con el sexo masculino marcado. Junto a la escena mencionada hay un ciervo pintado.
LOCALIZACIÓN Y VISITA
Desde la Alberca hay que coger la carretera que nos lleva al valle del río Batuecas. Desde un amplio aparcamiento habilitado se informa de la senda al convento y al desierto carmelitano. Desde aquí parte el itinerario de visita a los abrigo rupestres que sólo puede realizarse a pie.
Tanto el convento como las diecinueve ermitas que integran el espacio de retiro de los Carmelitas ha sido declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico.
El paisaje es sin duda incomparable.