Laño | Burgos

CUEVAS ARTIFICIALES
DE LAÑO

Medieval

En la localidad burgalesa de Laño se encuentra una de las concentraciones de estructuras rupestres más importantes de la Península.

 

A ambas márgenes del estrecho valle del arroyo de Barrunta, al pie de unos imponente farallones rocosos, se localizan una treintena de cuevas artificiales excavadas en la blanda roca caliza. En el lugar denominado Las Gobas se inicia un itinerario señalizado que recorre alrededor de una decena de grutas artificiales.

Algunas, las menos, es solo una oquedad rectangular en la roca, pero hay otras muchas más complejas, en concreto en una casa se distinguen hasta seis estancias. Destacan por su tamaño y altura  las que se han identificado como iglesias. Del templo conocido como Las Gobas 3 se conserva la mitad occidental. Tiene planta rectangular, bóveda de cañón y un banco corrido. Conserva además el ábside circular con un altar monolítico adosado a la pared.

Al sur se halla Las Gobas 5, una iglesia de planta rectangular, ábside circular y cubierta abovedada. Al templo se entraba por dos puertas, la central de mayor tamaño. En el lado noroeste la iglesia hay un estrecho banco corrido y tanto el suelo como las paredes están repletos de enterramientos rectangulares. Conviene fijarse en las paredes, donde hay grabados con temas religiosos y zoomorfos.

Además de las habitaciones y templos, en mitad de la pared rocosa hay otras oquedades más pequeñas que por su difícil acceso -solo es posible llegar a ellas mediante escalas o cuerdas- se interpretan como almacenes.

Una leyenda popular refiere que en una de las oquedades, la llamada cueva de la Dotora, estuvo habitada por una señora muy educada y con modales de señora distinguida y culta.

Todo el área se uso de cementerio y aparecen enteramientos de diversos tipos, siendo los más frecuentes los rectangulares, trapezoidales, en forma de bañera o redondeados. Las tumbas estaban orientadas de este a oeste con la cabeza señalada en su lado oeste.

Por su parte, al otro lado del arroyo, en el paraje de las Santorkaria  hay otras tantas cuevas artificiales igualmente protegidas por paredes verticales de caliza. De las dieciocho documentadas son mayoría las que presentan una sola estancia rectangular y destacan dos que se supone fueron desde su origen templos de planta rectangular y ábside semicircular. Como en el caso de Las Gobas son las cavidades más grandes y de mejor construcción y poseen un contra-ábside igualmente de forma semicircular.

La conocida como Santorkaria 6 tiene como novedad que el techo imita a un tejado a doble vertiente y dos ventanas al lado de la puerta. La secuencia cronológica de Santorkaria es idéntica al otro yacimiento, tras el abandono del hábitat el lugar fue intensamente ocupado como necrópolis.

Se afirma que las cuevas artificiales de Laño son evidencias de la expansión de las costumbres eremíticas en los primeros siglos del cristianismo, concretamente en el siglo IV. Incluso se especula que el fenómeno eremítico estaba ligado en este territorio con el priscilianismo, corriente considerada herética por la jerarquía eclesiástica y que propugnaba la vuelta a los principios ascéticos cristianos.

Lamentablemente la reutilización durante varios siglos de las cuevas impide que se conserven restos que sustenten estas teorías sobre el origen eremítico de las cuevas artificiales. Si sabemos, gracias a las excavaciones arqueológicas celebradas principalmente en las Gobas, que las cuevas artificiales se ocupan como lugares de hábitat en el siglo VII y que el caserío se abandona en el siglo IX, probablemente cuando la población se traslada a lo que es hoy el pueblo de Laño.

Las cuevas, no obstante, siguen utilizándose, esta vez como cementerio comunal por lo menos hasta el siglo XI, colmando  el espacio de las antiguas viviendas con tumbas excavadas en el suelo y también en las paredes.

LOCALIZACIÓN

El lugar de Las Gobas se encuentra siguiendo la carretera que desde Laño se dirige a Páriza. A unos 500 metros hay que tomar un camino a la izquierda que nos lleva directamente al pie del farallón rocoso en que se encuentran las cuevas. Por su parte, al paraje  de Santorkaria se accede siguiendo un kilómetro la carretera que desde Laño conduce a Páriza. El yacimiento se divisa  a la derecha,  a unos 150 metros de la carretera. Los yacimientos forman parte del extraordinario paraje natural de la sierra de Izquiz.