Reinoso | Burgos
DOLMEN DE
EL PENDÓN
El dolmen de “El Pendón” se encuentra al sur del núcleo urbano de Reinoso, en el borde de la paramera sobre una ligera plataforma natural del terreno. La elección del lugar para erigir el monumento que serviría de enterramiento colectivo para las gentes prehistóricas es totalmente intencionada. Tiene como objetivo que el dolmen perdure como un hito, una referencia espacial destacada en el valle y en el amplio páramo circundante.
La estructura de este monumento es peculiar entre la cierta homogeneidad arquitectónica que caracteriza el Megalitismo como fenómeno general, sobre todo si se le compara con la de los otros dólmenes de la provincia de Burgos. En este sentido, el diámetro de la cámara, superior a los 3 metros, es bastante amplio teniendo en cuenta los escasos ortostatos que la conforman, apenas 7. También la altura de estos bloques pétreos es llamativa, llegando a superar con creces los 2 metros.
Las campañas arqueológicas sobrevenidas hasta el momento determinan que, en origen, el monumento era un sepulcro de corredor que ha sufrido distintas modificaciones y desmantelamientos en sucesivas fases de uso y clausura.
Es sorprendente la abundancia de restos óseos humanos. Se han encontrado huesos de al menos 85 individuos y a día de hoy una parte del osario original aún permanece in situ. Uno de los propósitos fundamentales desde el principio de la intervención arqueológica ha consistido en descubrir, registrar y extraer con el mayor detalle posible los restos humanos y ajuares depositados en la cámara funeraria, intentando diferenciar posibles niveles de enterramientos y la intención de la deposición de cada uno de los restos.
Así, por ejemplo, en el corredor, ocupando todo su ancho, se han recuperado al menos 15 individuos calcinados cuyos huesos formaron en su día una autentica pira funeraria. Al parecer es el resultado de una ceremonia ritual de clausura de la tumba en la que, además, el descubrimiento de ciertos huesos en conexión anatómica permite elucubrar sobre posibles sacrificios humanos.
Son muy numerosos los restos de individuos infantiles, algo inusual en el conjunto de dólmenes de la Península. La significativa ausencia de sepulturas infantiles y los escasos porcentajes de restos de mujeres frente a los de hombres adultos se explicaba argumentando que niños y mujeres carecían en aquella sociedad prehistórica del reconocimiento social necesario para acompañar a los hombres en los sepulcros colectivos. En el Pendón, echando por tierra aquella teoría, cerca del 30 % de los restos corresponden a niños, pero,además, no existe una significativa diferencia entre hombre y mujeres en el número de individuos adultos hallados.
El análisis de los esqueletos es extremadamente minucioso, lo que ha permitido algunos registros únicos. Se han estudiado huesos con diversas heridas provocadas por puntas de flecha, varios traumatismos craneales y de excepcional en el mundo dolménico podemos calificar el descubrimiento de una posible operación quirúrgica en el oído de una anciana.
Junto a los restos humanos se han hallado numerosos objetos que integraban el ajuar funerario. Elaborados en sílex podemos citar útiles como, puntas de flecha, microlitos y láminas. Por su parte, entre los elementos de adorno hay cuentas de collar de variscita, de lignito o colmillos de jabalí.
La destrucción del cementerio por las gentes prehistóricas que lo frecuentaban fue curiosamente deliberada ya que se reconoce el desmantelamiento del túmulo y el pasillo de acceso, documentándose que buena parte de los materiales constructivos fueron echados en la cámara funeraria. Esto significa que de manera premeditada el dolmen perdió su primitiva función de tumba colectiva con una clausura que llevaría aparejada una especial ceremonia ritual con la quema de los restos óseos de 15 individuos. Acerca de los posibles actos cultuales que se llevaron a cabo en el dolmen y sus inmediaciones, se han descubierto restos de animales junto a los restos humanos cremados, por lo que es probable que, una vez inutilizado como necrópolis, el lugar fuera escenario de reiteradas reuniones y celebraciones ceremoniales.
Por los responsables de la excavación se plantea pues la hipótesis de la existencia de dos horizontes de ocupación funeraria fundamentales y algunas fases de reutilización posterior, las cuales no habrían dejado demasiadas evidencias.
Se ha confirmado, por tanto, que la “biografía” de este dolmen, así como el conjunto de prácticas rito-funerarias que se llevaron a cabo en él, tuvo una complejidad mucho mayor de la que en un primer momento se consideró, extendiéndose su uso entre el año 4000 y el 2500 a C.
CENTRO DE INTERPRETACIÓN
En la antigua Torre de la Iglesia de Reinoso, acondicionada como edificio de usos múltiples, se ha habilitado un pequeño Centro de Interpretación que explica el descubrimiento y los resultados de la excavación del dolmen de El Pendón. Hay maquetas y ambientaciones en las que se revelan las diferentes fases de ocupación y clausura del enterramiento colectivo. También se cuenta con reproducciones de los restos humanos recuperados y de los principales objetos hallados: láminas de sílex, puntas de flecha o cuentas de collar. Desde el Centro de Interpretación se informa de los accesos al dolmen, situado unos 400 metros al sureste de la localidad y al que se llega fácilmente siguiendo un camino señalizado.
LOCALIZACIÓN
El Dolmen de El Pendón se ubica cercano a la AP-1 en dirección Burgos – Pancorbo, en las proximidades de Briviesca.
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