Medinaceli | Soria

MEDINACELI

Romano y Medieval

Aunque resulte algo tópico no queremos dejar de referir la privilegiada situación de Medinaceli en la encrucijada de varias vías naturales que facilitan la comunicación por el valle del Jalón entre la cuenca del Ebro y la del Duero. Esto en lo que se refiere a las caminos naturales de este a oeste, pero es que, además, es el paso menos dificultoso entre las dos mesetas.

Esta valiosa posición geográfica no pasó desapercibida por el hombre desde tiempos remotos de la Prehistoria. Así, en un cerro cercano a la población actual existió un poblado celtibérico, en el lugar conocido con el significativo nombre de Ciudad Vieja. En el año 153 a.C., el cónsul romano Fulvio Nobilior sitúa en Medinaceli un campamento en su avance hacia el territorio celtíbero, siendo derrotado poco después por los numantinos. Tras la conquista por los romanos de la celtiberia, Occilis, así se llamaba esta ciudad en aquella época, experimenta un extraordinario auge. En pocos años adquiere el rango de municipium, la más alta categoría administrativa entre las ciudades romanas. Quizás no sea ajeno a este hecho el hallarse en un cruce principal de la red viaria trazada por los romanos en la Península Ibérica. Aparece mencionada en la vía que une las dos principales ciudades del interior Emerita Augusta (Mérida) y Caesaraugusta (Zaragoza), e igualmente estaba comunicada hacia el oeste con las vías que conducen a Tiermes, Uxama y Clunia y hacia el norte con la que le conectaba con Numancia.

Su decadencia ocurre, al igual que la de muchas de las ciudades romanas, en el Bajo Imperio, perdiendo buena parte de su población. Con todo, en la Plaza Mayor se ha descubierto una rica mansión tardorromana con un interesantísimo mosaico figurado que demuestra la riqueza y ostentación de los moradores de la urbe en este periodo de general decadencia en las postrimerías de la caída del Imperio Romano.

Medinaceli volverá a tener un interesante papel en la historia durante la dominación árabe. A finales del siglo X, Galib, siguiendo instrucciones de Abderramán III, establece una serie de fortalezas y atalayas que deben impedir el avance de los cristianos y convierte a Madina Salim en capital política de este sistema fronterizo conocido como la Marca Media. Como ciudad principal de la zona, Almanzor organiza desde Medinaceli sus campañas de hostigamiento a los reinos cristianos hasta que es derrotado y herido en la batalla de Calatañazor. Cuentan las crónicas que malherido vuelve a Medinaceli donde muere en el año 1002. Como ocurría con otras plazas fuertes importantes, Medinaceli fue codiciada y ocupada alternativamente por cristianos y árabes. Pasa definitivamente a manos cristianas tras su conquista por Alfonso I el Batallador en 1123. Los reyes cristianos acometen nuevos trabajos de reparación y fortificación de la muralla y entre otras obras edifican el castillo que conocemos.

EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO Y SU VISITA

Recomendamos iniciar la visita en el Aula Arqueológica instalada en la Plaza Mayor de Medinaceli en la que de una manera atractiva se explica la arqueología y la historia de Medinaceli a los visitantes. En primer lugar, el llamado “túnel del tiempo” nos remite a las manifestaciones más pretéritas de la ocupación del hombre de esta zona, con especial incidencia en el cazadero Paleolítico de Ambrona y en este mismo valle de los poblados, dólmenes y enterramientos colectivos neolíticos. Pero sin duda la exposición recrea con más profundidad dos de los momentos señeros de la historia de Medinaceli, las épocas romana y medieval. En cuanto a la primera, por supuesto, explica el monumento romano por excelencia, el arco de triple arcada, reproduce una calle y una casa porticada y el interior de una vivienda con la réplica de un mosaico y de los muebles y utensilios más característicos de la época. Por su parte, la sala medieval recrea aspectos de la vida cotidiana de las tres culturas, con un zoco árabe, la fachada de una sinagoga judía, una necrópolis cristiana y el interior de una cocina. La exposición se completa con un audiovisual sobre los acontecimientos históricos más sobresalientes de Medinaceli.

Desde el Aula Arqueológica se organiza la visita al mosaico romano bajoimperial (siglos IV-V), que apareció en la excavación de un solar de la Calle San Gil y que está instalado actualmente en una dependencia del Palacio Ducal. Este pavimento elaborado mediante pequeñas piezas cuadradas de diferentes colores, conocidas como teselas, representa motivos decorativos geométricos que envuelven espacios figurados con animales fantásticos, todo ello rodeado por una cenefa de cráteras.

Un tiempo aparte merece la contemplación del Arco Romano, espléndido mirador sobre el valle del Arbujuelo. Es una obra de principios del siglo II de carácter conmemorativo, si bien, a la par servía para marcar el límite del territorio entre los distritos administrativos en que estaba dividida Hispania en época romana. Destaca la triple arquería, hecho inédito en la Península, y la sobriedad de la decoración que le da ese aire elegante y majestuoso.

Desde el Arco Romano podemos aproximarnos al recinto amurallado. Cerca del castillo descubrimos en la base de la muralla grandes sillares de piedra. Son los escasos vestigios que han llegado hasta nosotros de la defensa romana. Es en esta época cuando se diseña y levanta el recinto amurallado de cerca de 2,5 kilómetros de perímetro que circunda actualmente la localidad. Igualmente en las cercanías del castillo nos encontramos con algunos lienzos correspondientes a la reedificación árabe y algo más adelante la llamada puerta árabe, la puerta principal de la ciudad musulmana, muy modificada tras la conquista cristiana.

Por su parte, la visita al exterior del castillo cristiano, construido seguramente sobre las ruinas del alcázar musulmán, nos remite a tiempos difíciles, de guerras y encarnizados combates. Es una sobria y muy compacta edificación carente de cualquier recurso decorativo, con tres torres circulares y una cuadrada algo más alta, la torre del homenaje.

LOCALIZACIÓN Y VISITA

Se accede de Desde Madrid por la N-II. La visita, a excepción del Aula de Arqueología y el mosaico del palacio Ducal que tienen horario, es libre.

Muy cerca se encuentra el yacimiento y Museo de Ambrona, el Conjunto Histórico de Almazán y el Monasterio de Santa María de Huerta.