Prádena de la Sierra | Segovia
CUEVA DE
LOS ENEBRALEJOS
En el periodo conocido como Calcolítico, hace aproximadamente 4500 años, comienzan a utilizarse las técnicas que permiten la fabricación de útiles metálicos. Pero en esta fase de la prehistoria suceden otros cambios tan importantes o más que el inicio de la fundición de metales.
Asistimos a una trasformación fundamental en los modos de vida de las gentes prehistóricas con la masiva presencia de poblados al aire libre. El hombre al menos estacionalmente vivió desde tiempos remotos al aire libre, pero es durante el calcolítico cuando hay un espectacular auge en el número yacimientos en los que las gentes habitan en frágiles cabañas de madera, ramas y paja, recubiertas con manteados de barro. Para que esta sustitución de las cuevas como lugar habitual de habitación se produzca fue necesario contar lógicamente con unas condiciones climáticas favorables, pero hay además razones de índole económica. Asistimos a una mejora evidente en la producción agrícola y ganadera que lleva aparejado un notable aumento demográfico. Tanto la ganadería como la agricultura exigían un cierto desplazamiento estacional de las gentes, buscando en el primer caso los pastos más adecuados a cada época del año. Algo parecido sucede con la agricultura, basada en el cultivo de rozas. En este modelo se suceden espacialmente los terrenos a sembrar tras la quema de zonas de bosque y la posterior labranza de la superficie quemada.
Los poblados son por tanto itinerantes, próximos a los territorios de explotación y preferentemente al aire libre, aunque existan cuevas en las proximidades.
Con todo, la poderosa atracción que desde tiempos remotos ha sentido el hombre por las cavernas en nada varió, usando estas a partir de entonces como cementerio y por tanto como santuario de culto a sus antepasados.
Prácticamente todas las salas ahora visitables de la caverna de Los Enebralejos tuvieron en su día cadáveres repartido por las paredes y el suelo. La acumulación fue tal que las gentes prehistóricas a la larga llegaron a desplazar y amontonar los huesos de los ancestros fallecidos hacia tiempo, eso sí, respetando los cráneos de los antepasados.
No enterraban a los muertos en hoyos o fosas. Los depositaban simplemente en la superficie acompañados de vasos de cerámica, flechas, ídolos, cuentas de collar, hachas pulimentadas y otra serie de objetos de la vida cotidiana.
Hay otros hallazgos que dan pie para argumentar que en el lugar celebran los hombres prehistóricos distintas ceremonias de culto a los antepasados. Hay semillas silvestres y restos de flores junto a los difuntos y muchas hogueras, varias docenas, que tal vez son las huellas de ritos de purificación. También las pinturas en negro y los abundantísimos grabados de las paredes están vinculados directamente con posibles prácticas ceremoniales, puesto que en la mayor parte de las ocasiones asoman en lugares preferentes de la caverna y sobre los cadáveres. Por desgracia los mensajes de aquellas expresiones artísticas prehistóricas no han sido decodificados por los arqueólogos. Tienen en común todas ellas que son figuras geométricas, trazos, líneas rectas u onduladas, aisladas o en complejísimas retículas. La falta de representaciones naturalistas, por tanto, nos impide identificar y por supuesto aproximarnos al significado que sin duda tuvieron para sus autores.
EL YACIMIENTO Y EL PARQUE ARQUEOLÓGICO
La cueva de los Enebralejos cuenta con diversos recursos arqueológicos y didácticos que ofrecen óptima información acerca de los acontecimientos de la prehistoria que allí sucedieron. En las inmediaciones de la entrada a la gruta hay un parque arqueológico con cabañas prehistóricas que nos aproximan a los modos de vida de las gentes prehistóricas en los primeros poblados al aire libre. Aparte de las viviendas, cuenta con réplicas de buena parte de los objetos de su vida cotidiana: vasos cerámicos de distintos tipos y usos, hachas de piedra, arcos y flechas, etc., que pueden ser manipulados por los visitantes.
Por su parte, el edificio de acogida a la cavidad alberga una pequeña exposición, un Aula Arqueológica, en la que hay cumplidos comentarios acerca del hombre prehistórico, su economía, religiosidad, etc. Con maquetas y otros recursos didácticos ilustra el uso de Los Enebralejos como cavidad sepulcral y los rituales asociados a los enterramientos.
Nada más entrar nos encontramos con la reconstrucción de un enterramiento calcolítico acompañado de su ajuar: vasos de cerámica y un ídolo de piedra.
En la llamada sala dos, hay varias pinturas en negro y unas oquedades en el suelo de un metro de ancho por otro de profundidad relacionados con ofrendas y ritos a los muertos. Un poco más allá, en la llamada sala tres, hay centenares de grabados cubriendo buena parte de las paredes.
Completa la visita una escena de hombres ejecutando los grabados Foto 10 y la reconstrucción de una excavación arqueológica. Esta nos señala que la mucha o poca información que hoy tenemos sobre las gentes prehistóricas que en su día fueron depositados en la cavidad no son fruto del azar, si no a un trabajoso estudio de los arqueólogos basado en las siempre metódicas y complejas excavaciones.
LOCALIZACIÓN Y VISITA
Desde la población de Prádena hay que seguir un camino que conduce, tras recorrer aproximadamente un kilómetro, a las inmediaciones del edificio que protege el acceso a la cueva. Tanto el Parque, como la cueva y el Aula Arqueológica tienen horario de visita.