Casilla de Flores | Salamanca
DOLMEN
CASA DEL MORO
Los materiales recuperados en las excavaciones arqueológicas y las características constructivas confirman que el dolmen salmantino de La Casa del Moro en Casillas de Flores, está emparentado con un nutrido conjunto de megalitos situados al otro lado de la sierra de Gata.
Su disposición junto a una vía natural que comunica ambas mesetas no parece ser casual y evidencia que los pequeños grupos neolíticos que levantan estos mausoleos colectivos comercian entre sí e intercambian objetos e ideas.
La tumba colectiva se monumentaliza a finales del IV milenio a.C. Un túmulo de piedra y tierras de unos veinte metros de diámetro acoge a una cámara poligonal de 2,5 metros de diámetro compuesta por nueve ortostratos de granito enhiestos. Al espacio sepulcral principal accedían por un corredor en el que disponen bloques apaisados de granito.
El monumento albergó a varias generaciones de los grupos humanos que habitaban en sus alrededores. Su privilegiado entorno ecológico, en la vega del río Águeda, resulta muy favorable para el desarrollo del pastoreo y el cultivo de cereales, actividades principales de estas gentes neolíticas. El dolmen funcionaría como sepulcro colectivo, pero es probable que funcionara, también, como una marca que señalara el territorio de explotación de un determinado colectivo.
Después de un uso prolongado de varios cientos de años, el cementerio colectivo se clausuró intencionadamente durante la Edad del Cobre, en torno al 3.000 a.C.
Entre los elementos de ajuar funerario que acompañaron a los finados dolménicos abundan los fragmentos cerámicos y hay cuentas de collar, hachas pulimentadas, hojas de sílex, armaduras geométricas —trapecios y segmentos— y casi medio centenar de puntas de flecha de diversa tipología entre las que sobresalen en número las de base convexa y las foliáceas.
Recientes estudios argumentan que la asociación de hojas de sílex, puntas de flecha o armaduras geométricas y hachas pulimentadas es posiblemente el bagaje militar individual de una elite guerrera.
A destacar igualmente el hallazgo de un fragmento de ídolo placa. Estos objetos son infrecuentes en la Meseta Norte y, sin embargo, es una pieza característica de los ajuares dolménicos de los cercanos focos extremeños y de la Beira, constituyendo un dato más para reivindicar el estrecho contacto con las gentes situadas al otro lado de la Sierra de Gata, al sur del sistema central, aprovechando el paso natural que con los siglos se conocerá como Cordel de Extremadura por el que transitarán cada año en un viaje de ida y vuelta millares de ovejas merinas.
LOCALIZACIÓN Y VISITA