Villar de Argañán, Villar de la Yegua, Castillejo de Martín Viejo | Salamanca
SIEGA
VERDE
ESTACIÓN RUPESTRE Y AULA ARQUEOLÓGICA
En general tendemos a asociar los primeros testimonios de arte creados por la Humanidad, en el Paleolítico Superior, con las cavernas del interior de Francia y la Cornisa Cantábrica.
En contra de esta idea, recientes hallazgos en Portugal y en el interior de España han venido a demostrar que las manifestaciones artísticas atribuibles al Paleolítico Superior en lugares al aire libre son tan numerosas y, por supuesto, de tanto interés científico y artístico como aquellas que tienen lugar en las cuevas. Entre estos parajes con arte rupestre al aire libre ocupa un papel principal Siega Verde, declarado Patrimonio Mundial el día 1 de Agosto de 2010.
En poco más de un kilómetro, en la orilla izquierda del río Agueda, hay registrados casi un centenar de paneles en los que se aparecen nada más y nada menos que 600 figuras mayoritariamente de animales. Hasta la fecha ostenta el privilegio de ser el yacimiento artístico con mayor número de imágenes paleolíticas conocidas.
Éstas aparecen siempre grabadas, identificándose diversas especies. Si bien son mayoría los caballos y los bóvidos, hay también rinoceronte lanudo, ciervos, cabras y cánidos. No faltan las representaciones humanas que, por cierto, son escasísimas en las estaciones rupestres paleolíticas.
Las técnicas utilizadas para grabar se reducen a la incisión, líneas muy finas trazadas con un instrumento punzante y que normalmente dibujan figuras muy pequeñas, difíciles de apreciar a simple vista; y el piqueteado, en el que las figuras son ejecutadas a partir de líneas de puntos golpeados en la roca (imagen caballos).
Los animales están dibujados de lado y únicamente se precisa su contorno . Son contados los detalles anatómicos. Indican de forma más o menos fidedigna la cabeza y olvidan en muchas ocasiones rematar el dibujo de pezuñas u otras partes del cuerpo.
¿Como se explica que sea este lugar y no otro en el que se concentran la mayoría de las más antiguas manifestaciones artísticas del paso del hombre en el Paleolítico por estas tierras?
La respuesta por supuesto no es nada fácil. Únicamente podemos dar cuenta de alguna característica especial de Siega Verde. Por ejemplo, la zona es un importante vado natural y por tanto sería frecuentada regularmente por los animales salvajes. De tal manera, los grabados tal vez perseguían facilitar la caza de los animales que consumían. En ese sentido, prácticamente la totalidad de los animales representados son herbívoros. Así, es probable que los grabados posean un sentido religioso, ya sea como magia propiciatoria de la caza o con la intención de procurar la reproducción de los animales representados. Los grabados, además, reforzarían el sentimiento de identidad del grupo de cazadores con el territorio en el que practicaban sus partidas de caza.
Algunos animales pertenecen a especies extinguidas de tiempos fríos como el rinoceronte lanudo o el megaceros –un ciervo de gigantesco tamaño–, por lo que al menos estas figuras mencionadas hay que suponerlas de tiempos glaciares. Con todo, son mayoría las especies pertenecientes a fases climáticas templadas, parecidas al actual.
A partir de las extraordinarias semejanzas estilísticas de estas figuras con otras de yacimientos franceses y españoles se considera que Siega Verde se fecha entre finales del Solutrense y principios del Magdaleniense, coincidiendo con un periodo climático de suaves temperaturas. La mayoría de las figuras se habrían grabado por tanto en torno al 16.000 a. C., eso sí, comprendiendo un espectro cronológico algo más amplio, que en todo caso no alcanzaría más allá del 18.000 a.C. en su fase más antigua , mientras que su momento final no sobrepasaría el 12.000 a. C. De este modo, Siega Verde sería contemporáneo de estaciones rupestres tan emblemáticas en el arte Paleolítico como Altamira en España o la Cueva de Lascaux en Francia.
EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO Y SU VISITA
En el panel primero hay que destacar el nutrido número de animales grabados en un acotado espacio: varios caballos, un bóvido, ciervo y cierva y dos cabras.
PANEL 2
En el panel primero hay que destacar el nutrido número de animales grabados en un acotado espacio: varios caballos, un bóvido, ciervo y cierva y dos cabras.
PANEL 5
En el panel quinto hay una figura de un gran bóvido de gran perfección técnica mezclado con caballos y otros cuadrúpedos. Además, en este panel, en el interior del enorme bóvido, aparece un cánido.
PANEL 6
Observamos en el panel sexto varios caballos cuya dirección uniforme trata de reproducir el desplazamiento de la manada. El macho de mayor tamaño tiene además representada la crinera por una serie de cortas líneas por encima del cuello.
PANEL 7
Destaca en el panel séptimo un ciervo de dibujo preciso que tiene la cabeza vuelta. Una de las más curiosas representaciones de movimiento del arte paleolítico.
PANEL 11
En el panel undécimo volvemos a encontrarnos con otra imagen en movimiento, algo insistimos excepcional en el arte prehistórico. Una pequeña cabra incisa en posición de salto. En este panel hay una de las figuras más antiguas, un megaceros, ciervo gigante de épocas frías.
LOCALIZACIÓN
Podemos llegar a Siega Verde siguiendo desde Ciudad Rodrigo la carretera que conduce a Castillejo de Martín Viejo. Una vez en esta población hay que tomar el desvío hacia Villar de Argañán. Sobrepasado el puente sobre el río Agueda, casi enfrente, encontramos el edificio del Aula Arqueológica.
El Aula y el itinerario para ver los paneles tienen horario de visita.