Caleruega | Burgos
YACIMIENTOS MEDIEVALES DE
CALERUEGA
En el término municipal de Caleruega han trascurrido varias excavaciones arqueológicas en los últimos años que han sacado a la luz interesantes estructuras de época medieval.
Finalizada su investigación, los yacimientos arqueológicos han sido acondicionados para su visita pública. No referimos a los espacios conocidos como San Mamés y La Pudia, situados respectivamente a unos 3 km. y 5 km. al sureste del casco urbano de Caleruega.
LA ERMITA DE SAN MAMÉS
La ermita de San Mamés, según los datos obtenidos en el estudio arqueológico se edifica entre finales del siglo XII e inicios del XIII. Tiene planta rectangular y se levanta sobre un zócalo de sillarejo y muros de mampostería caliza revocados con barro. En el interior de la ermita se han hallado cinco silos de almacenamiento de cereal de boca circular, forma acampanada y de algo más de un metro de profundidad. La presencia de silos en el interior de las ermitas es excepcional y sugiere que los edificios religiosos en que se hallan cumplían una función religiosa y, a su vez, eran el lugar en el que se acopiaba y almacenaba un tiempo el diezmo, impuesto de la décima parte de la cosecha que estaban obligados a donar los agricultores a la iglesia. El almacenamiento del cereal en un lugar sagrado garantizaba que estuviera al parecer a salvo de robos, considerados estos como un sacrilegio, en el caso de producirse.
Los documentos históricos confirman esta hipótesis de su uso como almacén de grano. Según un manuscrito del año 1150 la ermita fue en su día un centro de gestión de las rentas que tributaba el poblado de Bañuelos de la Calzada al Monasterio de Santo Domingo de Silos. La fundación de monasterio de Santo Domingo de Guzmán en Caleruega en 1273, con objeto de honrar la figura del santo nacido en la localidad burgalesa, suscitó la donación por parte del rey Alfonso X de las rentas de Bañuelos de la Calzada al nuevo cenobio de Caleruega. La ermita de San Mamés a partir de ese momento se abandona, ya que no era necesario recoger y almacenar allí el cereal dada la proximidad del nuevo monasterio dominico.
Otro documento medieval de la segunda mitad del siglo XIII cita a “Don Yague el que moraba en Sant mammes”. En la excavación arqueológica se halló un único enterramiento en el interior que bien podría corresponder a Don Yague. Al menos podemos asegurar su paralelismo cronológico, puesto que fue sepultado con un óbolo de Alfonso X que reina entre 1252 y 1284. En cualquier caso, el difunto debía ser un monje adscrito al monasterio de Silos a cuyo cargo estarían las labores de administrador del diezmo y que recaudaría a tal fin el cereal de la hacienda que este monasterio tenía en el “coto redondo” de Bañuelos de Calzada.
LA PUDIA
Por su parte, en el yacimiento arqueológico de La Pudia hay algunas estructuras exentas de una pequeña aldea altomedieval que se desenvolvió entre los siglos IX y X. La población se instala en un pequeño espigón fluvial con inmejorables condiciones de visibilidad sobre el entorno y en las cercanías de la antigua vía romana que conduce desde la ciudad de Clunia a la de Sasamón.
Los restos recuperados y acondicionados para su visita pertenecen a una iglesia y tres viviendas que estuvieron en pie alrededor de unos 150 años. Su ruina se debió a un voraz incendio cuyas huellas: maderas y útiles carbonizados, han emergido durante la excavaciones arqueológicas.
El edificio principal de la aldea fue una pequeña iglesia situada en el extremo oeste del espigón. El templo tendría por delante un vasto espacio a modo de “plaza”. La iglesia es un edificio rectangular con dos estancias: la cabecera o ábside de forma cuadrada, situada al este, y la nave de planta rectangular que se extiende hacia el Oeste. La puerta como es costumbre en los templos cristianos se sitúa en la pared sur.
Las tres viviendas medievales descubiertas tienen características arquitectónicas similares entre sí. La estancia principal es un espacio multiusos en el que se encuentra el hogar. Aquí se cocinaban los alimentos y el fuego permitiría calentar la estancia. Para la necesaria salida de humos se practicaba una apertura en la techumbre. Desde la estancia principal se accedía a una habitación situada en la parte posterior.
En la “casa 2”, de similar planta a la descrita, hay un banco corrido adosado al muro norte que, además de asiento y cama, servía de apoyo para las labores que se acometían alrededor del hogar. Junto a este se han hallado los restos de dos pequeños soportes de adobe que aprovechaban para disponer objetos, a modo de parrilla.
Entre los materiales arqueológicos hallados se distinguen varios útiles encontrados en la “casa 3″ de los que se deduce la importancia de la actividad textil en esta vivienda. Es probablemente un pequeño taller textil. Se ha localizado una aguja de bronce para coser cuero, otra de hueso para el cosido de fibras finas y un punzón de hueso para perforar tejidos o pieles. Otra pieza igualmente infrecuente es un “templén” o “templar” de hierro, que permite regular y tensar el ancho de la tela que se está tejiendo en el telar.
LOCALIZACIÓN