Ciudad de Ávila

EL JARDÍN DE
SERAFAD

Necrópolis judía

Los judíos ocuparon un notable  papel en la sociedad medieval  de los reinos de Castilla y León. Por ejemplo, en la ciudad de Ávila fueron los principales  protagonistas del auge de la urbe hasta que se decretó su expulsión en 1492.

Un buen número de documentos históricos dan cuenta de sus  múltiples transacciones comerciales y, otros tantos, de los numerosos palacios y casas que poseían  en los barrios que habitaron cerca de la catedral o los mercados. Era  la mayor judería de Castilla y León, cifrándose, en el último cuarto del siglo XV,  en más de un millar de pobladores.

En el año 2012,  una zanja de un colector junto al convento de la Encarnación sacó a la luz parte de lo que parecía ser una necrópolis judía. Se excavaron  entonces decenas de enterramientos pertenecientes a uno de los cementerios judíos medievales de Ávila.

Las referencias en documentos medievales del cementerio, localizado extramuros de la villa pero cercano a uno de los  posible barrios de ocupación mayoritariamente judía, aluden a que  estuvo en uso desde el siglo XII al siglo XV.

Se piensa  que  los judíos que se enterraban en esta necrópolis habitaban  junto al lienzo norte de la ciudad, puesto  que los cortejos fúnebres  judíos no podían  atravesar los barrios cristianos.

En el  cementerio judío se localizaron alrededor de un centenar de inhumaciones alineadas en hileras y orientadas, según los preceptos judíos, de oeste a este,  con la cabeza al este. Estas normas prescriben  que  los difuntos  se depositen  directamente sobre la tierra.  En la necrópolis abulense, contraviniendo estos preceptos,  las inhumaciones  se  practican también en cajas de madera, puesto que se han hallado clavos de los posibles féretros en 33 fosas.  Los enterramientos contarían también con una señalización al exterior,  a modo de estelas, que no se conservan.

Desconocemos el momento de abandono del cementerio. Este  no debió de alejarse mucho de  1494 cuando los terrenos, después de la expulsión de los judíos de la Península, fueron cedidos por los Reyes Católicos a los dominicos del monasterio de Santo Tomás.

De acuerdo a las costumbres judías los difuntos se solían enterrar por lo general sin ajuar. En la necrópolis de Ávila únicamente podemos citar los hallazgos de un pequeño colgante de plata, en una de las tumbas, y dos pequeños aretes  de plata en otra.

Una vez finalizados  los trabajos arqueológicos, se ha habilitado en el área  de la necrópolis un espacio de recreación  denominado “Jardín de Sefarad”. En él  se evoca  el antiguo uso funerario, mediante losas y estelas de granito,  y se han dispuesto varias señales interpretativas y dos miradores conmemorativos.

En el lugar, además,  se ha erigido un túmulo funerario en cuyo interior se han depositado, siguiendo el ritual judío, los enterramientos hallados. Un acto al  que asistieron rabinos de Londres y Nueva York.

LOCALIZACIÓN

El jardín está situado en la calle de los Canteros.

La visita es libre.

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