Gormaz | Soria

CASTILLO DE GORMAZ

Medieval

Es considerada la fortaleza árabe más extensa de Europa y uno de los monumentos de arquitectura militar emblemáticos de aquella cultura. Si sumamos a todo esto la serie de significativos hechos históricos que acontecieron en este lugar, es lógico que propongamos que este punto de la geografía de Castilla y León sea de visita obligada.

Su estratégica posición sobre un cerro aislado, rodeado por fuertes pendientes en todo su perímetro, favoreció que acogiera a grupos humanos desde tiempos remotos. Así, por ejemplo, en su solar se instalaron gentes celtíberas. No obstante, los restos arqueológicos más significativos se remontan a la época de la dominación de la península por los árabes. Existió un pequeño castillo musulmán en el noroeste del cerro fechado en el siglo IX. Algo más tarde y debido al empuje de los reinos cristianos se refuerza la frontera en esta región. Galib, general de Abderramán III, fortifica el cerro estableciendo aquí la principal sede militar de la llamada Marca Media, mientras que Medinaceli será la capital del poder político. Desde este momento es codiciada por ambos bandos y su posesión será una de las principales estrategias para la conquista y dominio efectivo del territorio. Uno de sus alcaides fue Almanzor. Obtuvo ese cargo después de recuperarla de manos cristianas en el 983. Es muy probable que desde el castillo de Gormaz el caudillo árabe organizará alguna de sus muchas y famosas campañas victoriosas contra los cristianos. Fernando I la conquista y queda bajo dominio cristiano definitivamente desde el 1060. Poco después, en 1087, será alcaide de la fortaleza uno de los personajes castellanos más populares de la Edad Media, el Cid Campeador. Conforme avanzan los cristianos, y por tanto la frontera se sitúa más al sur, la fortaleza perderá su importancia estratégica y poco a poco será abandonada y destinada a otros fines no militares. Así, durante la época de los Reyes Católicos es una cárcel.

EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO Y SU VISITA

Buena parte de los lienzos de muralla, así como las estructuras descubiertas durante las campañas de excavación cumplidas en el interior de la fortaleza, han sido recientemente consolidadas. Al mismo tiempo la fortaleza cuenta con un corto pero ilustrativo recorrido guiado mediante carteles divulgativos.

Nada más atravesar la puerta de acceso apreciamos la magnitud de la fortaleza. El espacio amurallado abarca cerca de 450 metros de largo por 60 de ancho y está defendido con unos muros que levantan más de 10 metros. Cabe advertir que, aunque de origen árabe, las estructuras defensivas fueron alteradas y reconstruidas a lo largo de los siglos por los distintos señores cristianos.

Nos dirigimos hacia la derecha para encontrarnos con dos estratégicas torres que aislaban el alcázar del resto de la fortaleza. Las denominadas torre de Almanzor y sobre todo la torre del homenaje protegían el alcázar, residencia del alcaide y de los señores notables. El sistema defensivo se completa en esta zona con un foso que atravesaba todo el páramo a lo ancho y que hoy está cubierto de tierra.

La torre del homenaje, de estilo mudéjar, se remodela en el siglo XIV . En su interior hay una puerta en codo que dificulta el acceso al alcázar en caso de ataque.

Ya en el interior del alcázar aparecen otras construcciones singulares, por ejemplo, en medio del patio identificamos las aberturas superiores de dos enormes cisternas realizadas en sillería y rematadas por una capa impermeabilizante que impedía la filtración del agua. Estos aljibes muestran la preocupación por la obtención y almacenamiento de agua en un recinto que previsiblemente podía sufrir largos asedios.

En el extremo sur del la fortaleza se accede al camino de ronda desde el que se vigilaba y defendía el alcázar. Desde lo alto hay una magnífica vista sobre el lado sur de la fortaleza. Se aprecia en todo su esplendor la magnitud de la obra militar con numerosas torres de defensa. Hay hasta 28 cubos en todo el perímetro amurallado.

Desde el alcázar hay que volver los pasos hacia la gran explanada que en su día estaría ocupada por las tropas y todos los servicios auxiliares, cuadras, cocinas, artesanos, almacenes, etc. Casi en el centro encontramos una gran alberca, otro sistema de almacenamiento del agua que a diferencia de los aljibes no se cubría.

A la izquierda podemos admirar la que sería la entrada principal al castillo árabe. Esta rematada por un doble arco califal de extraordinaria belleza. Constituye uno de los restos mejor conservados de la fortaleza árabe del siglo X y es sin duda la imagen más popular de la fortificación.

En la falda del cerro descubrimos la población de Gormaz que alberga notorios monumentos. En la ermita de San Miguel, de origen prerrománico, se han descubierto recientemente unas pinturas murales que cubren la cabecera y buena parte de las naves. Fechadas a principios del siglo XII , su extraordinaria calidad y estado de conservación las sitúa a la cabeza de las representaciones pintadas de época medieval de la Península Ibérica.

LOCALIZACIÓN Y VISITA

Desde el Burgo de Osma se toma la carretera que sale en dirección sur hacia la Rasa, continuando unos 20 kilómetros llegamos a la localidad de Gormaz. Atravesando la población por la calle principal y en continuo ascenso nos situamos a los pies de la muralla donde existe un aparcamiento desde el que parte el itinerario por la fortaleza.

La visita es libre

En el entorno recomendamos la visita al Conjunto Histórico de Berlanga, la iglesia de San Baudelio en Casillas de Berlanga, El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz.