Conquistado el noroeste de la Península Ibérica y pacificado el territorio, inmediatamente Roma pone en marcha una explotación minera de gran envergadura en Las Médulas destinada a la extracción de material aurífero. La red de canales que fue necesaria construir para facilitar la explotación es una espectacular obra de ingeniería civil. Fue preciso realizar desmontes, nivelaciones y muros, todo ello en un terreno caracterizado por pendientes pronunciadas. Para su dirección es seguro que contaron con los ingenieros militares de la Legio VII, acuartelada en campamento legionario de León. El instrumento principal para trazar y ejecutar la red de canales era el el chorobates o coróbata . Un gigantesco nivel de madera de seis metros de longitud con mirillas, dos plomadas para ajustar su nivelación y sostenido por dos patas igualmente de madera.

Los trabajos vinculados a los canales no se detenían con su construcción, concurrían igualmente importantes labores de vigilancia y mantenimiento en condiciones óptimas, ya que sólo de esta manera se garantizaba el proceso constante de la extracción del mineral en las minas.

El trazado de los canales que transportaban el agua seguía las curvas de nivel a lo largo de la margen derecha del río Cabrera en longitudes estimadas entre los 70 y 90 kilómetros. El canal más distante de las Médulas tiene más de 140 kilómetros. En su conjunto la red hidráulica pudo llegar a los 600 kilómetros. Es por su longitud la segunda conducción más extensa de la antigüedad.

El desnivel medio es de 0,50% y discurren como simples acequias excavadas en el suelo o en la roca, aunque son también frecuentes los canales sobre muros de mampostería y la excavación de túneles, allí donde los crestones rocosos impedían el paso. El primer canal parte de la cota de 850 metros. A medida que avanzaba la explotación de las minas está iba ganado altura y para garantizar los trabajos en el mirador de Orellán , la fase final de la explotación romana, la cota para captar el agua llega hasta cerca de los 1.300 metros.

Del caudal de agua transportado poco sabemos, aunque en el tramo correspondiente al lugar de la Peña Escribida deducen que mantendría una lámina permanente de agua de 5 a 10 centímetros.

A los canales se les da una utilidad bien distinta finalizada la explotación por los romanos y son usados de caminos, a los que en la zona denominan carriles.

Discurre por la margen izquierda del valle Airoso y se recorre en casi 2 kilómetros. El primer punto de interés es un roca seccionada, conocida como “el molino e la vento”, en la que se lee una inscripción latina: Flaci/interciso/sevrrorv/…itc/susicus, que alude al protagonista del corte en la roca.

Desde aquí se sigue el canal excavado en la roca que en algún punto llega a perforar el crestón rocoso. En los tramos finales el canal se caracteriza por su fábrica de mampostería, conservada fundamentalmente en las curvas del trazado.

En el entorno de la ermita, a escasos dos kilómetros al este de la localidad de Llamas de Cabrera, hay 3 canales romanos que discurren por la ladera a cotas diferentes. El tramo inferior, a una cota de 900 metros, está excavado en la roca y en otros tramos es un simple camino que en su extremo oriental remata en un túnel excavado en un crestón cuarcítico. Al segundo de los canales, algo más elevado, a 1005 metros de altitud, se accede directamente desde la ermita. Se recorre un amplio trecho que desemboca en un imponente muro de mampostería con partes trabajadas en la roca, entre las que sobresalen los restos de un aliviadero de forma abocinada, así como las improntas de estructuras de madera.

El tercer canal discurre por la cota más alta, a unos 1050 metros. Está apoyado en un murete de mampostería y es transitable como camino.

El tramo visible forma parte del canal más largo de los conocidos, a más de 100 kilómetros del frente de explotación. Capta la corriente de un arroyo en las inmediaciones de Santa Eulalia y por un segundo ramal recoge aguas de la cuenca del Eria para transvasarla a la de la Cabrera. Esta obra tiene una enorme trascendencia histórica, ya que es el primer trasvase conocido entre cuencas hidrográficas (Duero-Sil) de la historia.

El canal visitable está al pie de la carretera, en el puerto que comunica la Cabrera Alta con la Baja. En Corporales se hallan además el Castro romano y la Corona, de época prerromana.

Se recomienda visitar el Centro de Interpretación de los canales: “Luis del Olmo”, que ofrece cumplida información sobre esta imponente obra de ingeniería romana y nos permite decidir sobre los numerosos senderos habilitados para su observación y disfrute. Hay , por ejemplo , otros canales visitables entre otras poblaciones en Saceda y Pombriego.

La Cabrera mantiene aún ejemplos significativos de arquitectura popular vernácula.

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