Coca | Segovia
ANTIGUA CIUDAD
DE CAUCA
Como ocurre en otras muchas poblaciones de Castilla y León, Coca goza de un extraordinario capital en acontecimientos históricos y los mínimos de su vital pasado. Así, el subsuelo de la población actual esconde una de las ciudades más notables de época prerromana.
Para hacerse una idea de sus proporciones, baste decir que la población vaccea de Cauca ocupaba decenas de hectáreas, muchas más que el casco urbano actual. La pujanza de la ciudad-estado es patente en las excavaciones arqueológicas. Por ejemplo se ha descubierto un barrio artesanal con talleres para la fabricación de una excelente cerámica pintada, espacios en los que se fabricaban herramientas de hierro o talleres de joyería de bronce y plata. Igualmente en recientes excavaciones ha salido a la luz una potentísima muralla erigida a comienzos del siglo III a.C. La defensa construida con adobes sobre un zócalo de piedra tiene alrededor de seis metros de ancho y pudo alcanzar los 8 metros de altura. La recuperación frecuente de restos carbonizados de trigo y cebada, a veces en acumulaciones tan notorias que hacen pensar en silos o almacenes de granos, asienta la teoría que esta población vaccea basaba su economía en el cultivo de cereales. Igualmente algunas pepitas de uva atestiguan el cultivo de la vid y por tanto la elaboración de vino.
Su importancia estratégica y política no pasó desapercibida para los romanos que se ensañaron en su conquista. Tras una serie de escaramuzas bélicas en los años 180-178 a. C., en el año 151 a. C. el ejército romano al mando de Licinio Lúculo la incendia y destruye completamente. La toma de Coca es uno de los episodios más repulsivos del ejercito romano. Los ancianos de Cauca solicitaron una tregua en la guerra y Lúculo se la concede a cambio de 2.600 kilos de plata, la entrega de la caballería que pasaría a engrosar su ejército, rehenes y que en la ciudad entraran 2.000 legionarios. Los ancianos aceptan y cumplen las condiciones. El destacamento romano entra en la ciudad y aprovecha para tomar las murallas y facilitar el camino al resto de las tropas que matan por orden de Lúculo a todos los adultos que se encontraran en la ciudad. La desproporción de fuerzas era mayúscula, los romanos contaban con dos legiones completas, unos 11.000 hombres, mientras que se calcula que la población de Coca no superaba las 7.000 personas.
Lúculo justificó su sangrienta campaña militar por unos supuestos ataques de las gentes de la meseta a los poblados carpetanos situados en el sur, aliados de Roma. Tras este pretexto se esconde el deseo de los cónsules romanos de ganar fama y prestigio y de paso hacerse con un provechoso botín.
Tienen que pasar casi 20 años para que los romanos autoricen su reconstrucción y la vuelta de la población. El Cónsul Escipión comunica ese gesto magnánimo a la población dispersa por los alrededores de Cauca. Al parecer fue una decisión más administrativa que real, pues en las excavaciones arqueológicas no se detecta ningún vacío en esta etapa prerromana.
Durante las guerras civiles romanas, como la mayor parte de las poblaciones indígenas de la meseta, Cauca apoya a Sertorio frente a Pompeyo. No parece que eligió el bando vendedor y los ejércitos de Pompeyo la sitian y arruinan en el año 74 a. C.
A partir de esa época sucede un periodo oscuro en las referencias a Cauca en las fuentes clásicas. Sin embargo, varios testimonios ratifican la rápida recuperación de la ciudad, ya como urbe romana. En el siglo II es Municipio Romano, la principal categoría administrativa entre las ciudades romanas. En el siglo IV nace en la ciudad Teodosio, investido emperador en el 379. La urbe, aunque venida a menos, estuvo ocupada en época del reino visigodo de Toledo y está incluida en el 527 entre las ciudades que dependen del recién creado obispado de Segovia.
Siglos después, en la Alta Edad Media, varios historiadores la incluyen entre los pocos núcleos de población de cierta importancia existentes entre el sistema Central y el río Duero. Aquellos que fueron asediados por Abderraman III en su itinerario hacia la batalla de Simancas en el año 939.
En Plena Edad Media, es elegida capital de una Comunidad de Villa y Tierra y levantan sus imponentes murallas. Tiempo después, en el año 1453, es edificado en Coca uno de los castillos singulares de España.
EL YACIMIENTO Y SU VISITA
Recientes excavaciones, próximas a la pared oeste del cementerio, nos permiten apreciar en los cortes amplios niveles de tierra quemada, a buen seguro contemporáneos de alguno de los ataques romanos sobre la ciudad vaccea citados anteriormente.
También de su historia anterior a la conquista romana son los verracos situados junto a la puerta medieval. Ya hemos comentado al hablar de los Toros de Guisando las características, cronología y función de estas esculturas. Simplemente recordar aquí que son típicas del mundo vettón, por lo que cabe suponer que su hallazgo en Cauca, ciudad vaccea, es debida a la estrecha relación comercial, y posiblemente ideológica y religiosa, entre los diversos pueblos prerromanos de la meseta norte.
De su esplendor de época romana contamos con escasas evidencias arqueológicas, entre ellas, los cimientos de un edificio conocido como de Los Cinco Caños. Se conserva solo una pequeña parte de un enorme edificio suntuario de aproximadamente 1.500 m2. que al parecer albergó la residencia de un importante personaje de la ciudad. Edificado en el siglo I sabemos que aún estaba habitado a mediados del siglo III gracias al hallazgo de un sello con la efigie del emperador Gordiano III. La capacidad para sellar documentos en nombre del emperador estaba restringida a altos representantes de la administración romana.
A menos de un kilómetro de Los Cinco caños hay un soberbio edificio romano que posiblemente perteneciera a la familia del emperador Teodosio. Una magna construcción de la que destacamos, entre otras cosas, la riqueza y diversidad de los materiales constructivos. Por ejemplo, los suelos y paredes estaban cubiertos de mármol y hay registrados cerca de una veintena de tipos exóticos de este costoso material.
Volviendo a la fuente romana, está compuesta de un patio abierto con columnas y pequeñas habitaciones. El edificio remata con tres hornacinas semicirculares que, en su día, albergaban estatuas.
Durante la visita podemos comprobar la excelente conservación de las pinturas romanas que cubrían el edificio. Hay lienzos pintados de hasta casi dos metros de altura. En las excavaciones recuperaron fragmentos de pinturas con caras de personajes, peces o plantas , pero las que se mantienen en las paredes del edificio , tienen exclusivamente motivos geométricos. Algunos de los paños pintados imitan cuidadosamente mármol.
Otros testimonios arquitectónicos nos hablan pasado medieval de la ciudad. Aparte, por supuesto, del castillo, auténtica joya de las fortalezas del siglo XV, podemos reconocer un tramo de la muralla del siglo XIII, en la que abre la puerta principal de entrada a la villa, o la iglesia de san Nicolás, de la que queda aún en pie la esbelta torre mudéjar, fechada en el mismo siglo que la muralla.
LOCALIZACIÓN Y VISITA
Al edificio de los Cinco Caños accedemos siguiendo la carretera de Coca a Navas de Oro. Una vez cruzado el río Eresma, a la izquierda, a un kilómetro escaso de la población, sale un camino que nos conduce al yacimiento. La visita es libre.
El castillo tiene horario de visita.
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