Ávila ciudad

VETTONIA.
CULTURA Y NATURALEZA

Protohistórico

Por la importante presencia del pueblo vettón en el territorio de la actual provincia de Ávila, en esta exposición se pretende dar una visión global de cómo era en todos sus aspectos, sociales, económicos y religiosos, trasmitiéndolo al visitante, con intención divulgativa y didáctica, pero desde la base científica y rigurosa.

EL TORREÓN DE LOS GUZMANES

El llamado Torreón de los Guzmanes o de Mújica forma parte del palacio de los Guzmanes,  mandado construir en 1513 por orden de Garcibáñez de Mújica, noble de la familia vasca de Oniz que se traslada por esas fecha a Ávila. Es una torre de planta cuadrada de estilo gótico-renacentista que posee numerosos detalles propios de los castillos palaciegos, de moda en el siglo XVI, junto a otros que refuerzan su aspecto defensivo, como las cuatro atalayas y su remate en almenas. Se accede a su interior por una puerta con arco de medio punto que alberga los escudos de la familia. Del palacio se conservan dos pisos y, en su interior, el zaguán da paso a un patio con una galería con 12 columnas blasonadas y a una escalera gótica que asciende al piso noble en el que las dependencias conservan artesonados mudéjares.

Declarado Bien de Interés Cultural en 1983, es la sede actual de la Diputación de Ávila, y en sus sótanos se encuentra la exposición permanente Vettonia naturaleza y arte.

 

VETONNIA. ARTE Y NATURALEZA

Las antiguas caballerizas del Torreón albergan las salas expositivas. La muestra glosa la importante presencia del pueblo vettón en el territorio de la actual provincia de Ávila y ofrece una visión completa de las gentes prerromanas en todos sus aspectos: sociales, económicos y religiosos.

La cultura vettona se extendió por un amplio territorio que comprende la actual provincia de Ávila, así como una parte de las de Salamanca, Zamora, Toledo y Cáceres. En cuanto a su cronología, abarca desde  el siglo V a.C. hasta la conquista romana. Los grupos humanos asentados en este territorio, compartían su organización social y económica, múltiples elementos de cultura material, la  lengua y probablemente también sus creencias religiosas. Una identidad común que fue incluso reconocida en los textos de los escritores clásicos, griegos y romanos, con el nombre de Vettonia o región de los pueblos vettones.

En gran parte de la Meseta en las últimas centurias del I milenio a.C. se asiste a un proceso generalizado de explotación intensiva del territorio, con un incremento importante de la desforestación mediante la quema de los bosques, con el objetivo de convertir los terrenos calcinados en pastos y tierras de cultivo. El cultivo de mayor superficie de terreno favoreció  asentamientos humanos más prolongados y de mayor tamaño, lo que, a su vez, da lugar a  cambios importantes en la organización social. Se observa un aumento notable de la desigualdad entre las diversas clases sociales establecidas, en cuya cúspide se encontraba la élite guerrera.

Desconocemos sus creencias religiosas salvo por contadas referencias de los historiadores grecorromanos. Los citados cronistas mencionan que oficiaban sacrificios de animales y hay un texto de Plutarco en el que relata que el cónsul Publio Carisio prohíbe en el 95 a.C. los sacrificios humanos que celebraban los habitantes vettones de Bletisama, la actual población de Ledesma, Salamanca.

Los vettones establecieron contactos comerciales y sociales con otras comunidades próximas o situadas a decenas de kilómetros de distancia, entre estas, son particularmente intensos con culturas del sur peninsular como la de Tartessos.

No faltaron los conflictos armados y para facilitar la defensa de las ciudades fortificaron sus poblados erigiendo murallas, torres, fosos y zonas de piedras hincadas. Estas fortificaciones o castros, como usualmente se les denominan, son especialmente frecuentes en la provincia de Ávila, distando unos de otros entre 5 y 15 kilómetros, lo que da idea de la notable densidad del poblamiento en esa época. Se estima que no habría una jornada de camino entre cada uno de los poblados.

Entre los hechos bélicos  relatados por los cronistas antiguos destacamos la expedición de general cartaginés Aníbal por tierras del Duero, en el 220 a.C., y que seguro afectó a varios castros vettones.

La inseguridad se acentúa cuando los Vettones tienen con los romanos frontera por el sur. Los historiadores romanos Diodoro y Estrabón refieren el bandidaje de los pueblos de la meseta contra las ricas poblaciones romanas al sur del Tajo. Es probable que con ello traten de justificar las expediciones militares que se suceden desde principios del siglo II a. C. Como la del Pretor Postumio Albino que llega hasta el Duero en el 179 a.C. Pero el más célebre relato de la hostilidad de los vettones contra Roma acontece con la revuelta de los lusitanos, de los que los vettones eran aliados, acaudillada en sus momentos finales por Viriato. Una serie de operaciones militares de las huestes lusitanas de Viriato traen en jaque a los romanos hasta que el héroe lusitano es asesinado en el 139 a.C. En el 136 a. C. con la campaña militar de Bruto la frontera pasa definitivamente del Tajo al Duero.

Desde ese momento se da por pacificado el territorio vettón pero con un dominio más teórico que real, ya que la romanización efectiva del territorio tiene que esperar a la organización territorial de Hispania abordada por Cesar y sobre todo por Augusto tras la conquista definitiva del noroeste peninsular.

La exposición cuenta con 12 zonas diferenciadas en las que se comentan  los siguientes temas: los celtas de la Península Ibérica; la cultura vetona, sus territorios y sus castros; la economía de la Edad de Hierro; el ajuar de uso cotidiano; su estructura social y mundo simbólico; la ruta de los castros y verracos de la provincia de Ávila.

LOCALIZACIÓN

El Torreón de los Guzmanes se localiza en la Plaza del Corral de las Campanas.

La entrada es gratuita.

Visitas: +34 920 354 000 ext 390