Sepulveda | Segovia
BARRANCO DEL
DURATÓN
Las Hoces del río Duratón son uno de los espacios naturales sobresalientes de Castilla y León. Pero éste no es el único valor del que goza el paraje, ya que del espacio protegido podemos narrar una dilatada historia que tiene que ver con su ocupación por el hombre desde épocas muy tempranas de la Prehistoria.
Problemas de accesibilidad a los abrigos unido a razones de conservación impiden que por el momento podamos acceder a algunos de los enclaves arqueológicos más señeros, particularmente los conjuntos de pinturas rupestres situados en los escarpes rocosos.
Con todo, en el Centro de Interpretación del Parque Natural instalado en Sepúlveda se puede hacer uno idea de la riqueza de los motivos y escenas descubiertos en los abrigos prehistóricos catalogados en el cañón.
LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS Y SU VISITA
Enumeraremos unos hitos de visita que tienen que ver con el devenir histórico de la zona y que integran un itinerario por el pasado que nos conduce desde la época romana a la Edad Media.
El puente de Talcano
En el paraje se mantiene en pie uno de los escasísimos puentes a los que se atribuye un origen en época romana que aún conservamos en Castilla y León. Aunque un buen número de puentes son calificados como romanos lo cierto es que son contadas las construcciones construidas en aquella época y que han llegado hasta nosotros. Accedemos al puente siguiendo el camino que parte de las cercanías de Sepúlveda y recorre el cañón. Presenta una magnífica labra de sillares de caliza y conserva dos tajamares y un arco. En un farallón rocoso cercano hay una inscripción latina en la que un ciudadano Publio Valerio Natal dedica un ara a Bonus Eventus. Probablemente es un original santuario al aire libre que, teniendo en cuenta al dios al que se destina y su cercanía a las aguas del arroyo, persigue la prosperidad y las buenas cosechas.
La Cueva de los Siete Altares
El cañón da cobijo en los siglos de transición a la Edad Media a una importante concentración de monjes eremitas. Una de las iglesias más antiguas, cuyo origen al parecer es de época visigoda, es la conocida como Cueva de los Siete Altares. La encontramos aguas arriba del puente que atraviesa el Duratón por la carretera que conduce de Sebúlcor a Villaseca. La oquedad excavada en la roca está en la pared izquierda del cañón, a escasos metros del sendero que lo recorre. El acceso no es muy complicado pero es preciso estar atento en el descenso.
En la cavidad distinguimos en una de sus paredes cuatro hornacinas horadadas identificadas como altares.
Tienen forma de herradura y están decoradas con grabados y pinturas de rombos y otros motivos geométricos.
Es uno de los lugares de culto cristiano más antiguos conocidos hasta ahora en Castilla y León. Un espacio en el que los eremitas que vivían en el cañón y sus alrededores celebraban ceremonias religiosas colectivas.
Ruinas del Priorato de San Frutos
En el paraje más frecuentado del parque natural encontramos las ruinas del priorato de San Frutos del Duratón. Un priorato es una pequeña congregación de monjes cuyo prior depende de un abad, en este caso del de Santo Domingo de Silos, en Burgos.
Subsisten los restos de la primitiva iglesia románica, consagrada en 1100 según la inscripción visible en el contrafuerte del muro sur. Pero casi todo lo que podemos ver en la actualidad es algo posterior, de finales del siglo XII o principios del XIII. En este momento la iglesia, igualmente en estilo románico, es ampliada a dos naves y se remata al exterior con un atrio porticado en los lados sur y oeste. En la zona exterior contemplamos las ruinas de las dependencias principales de los monjes: la cocina, la despensa, el comedor o las habitaciones.
Dispuso de una necrópolis junto a la cabecera de la iglesia. Las tumbas están excavadas en la roca y muestran la cabecera marcada. La cabeza está siempre orientada al oeste. Una colocación con evidentes connotaciones simbólicas, ya que el inhumado mira siempre hacia la salida del sol.
Accedían al monasterio por un puente medieval que salva el farallón rocoso conocido como La Cuchillada. Es un puente muy sencillo y a la vez extraordinariamente bello por su magnífica integración en el abrupto paisaje.
Parece que el inicio de la ocupación cultual se relaciona con la fundación de los santos en época visigoda, de lo que da cuenta la existencia de las tumbas de San Frutos y sus hermanos, San Valentín y Santa Engracia.
LOCALIZACIÓN Y VISITA
En Sepúlveda podemos recorrer el Conjunto Histórico y hay un Centro de Interpretación de la Naturaleza del parque natural en el que además ofrecen visitas guiadas.