Fresno de la Carballeda | Zamora
CASTRO
DEL BURACOTE
El paraje en el que se asienta el conocido como Castro de Fresno ofrece unas magníficas condiciones defensivas. Se alza en un espolón fluvial prácticamente aislado por dos arroyos. Con todo, el poblado, en su única zona accesible, se protegió con una formidable muralla que en algunos puntos presenta un derrumbe de más de tres metros de anchura y alrededor de dos metros de altura.
La defensa artificial se completa al exterior con un foso y un campo sembrado de piedras hincadas, método este muy eficaz para impedir un ataque sorpresa de la caballería enemiga e igualmente válido para dificultar el acceso de los infantes.
Conocemos, gracias a las campañas de excavaciones y a algunos materiales arqueológicos recuperados en superficie, que el castro se habitó en los momentos previos a la conquista romana, entre el siglo III y el I antes de C. El enorme esfuerzo colectivo que supuso la construcción de todos los elementos defensivos descritos se explica por la vecindad de los romanos, ya instalados por esas fechas en buena parte de la península Ibérica.
El castro pertenecería al pueblo prerromano de los astures que ocupaba Asturias y una parte de las provincias de Zamora, León y Lugo y penetraba en una zona de Portugal. En esta zona los astures se establecen en pequeños poblados autosuficientes que basan su economía en la agricultura, la ganadería de ovejas y vacas y el aprovechamiento de los productos que proporcionaban los bosques. También explotaban los recursos minerales próximos al asentamiento.
LOCALIZACIÓN Y VISITA
Para acceder al castro hay que seguir unos dos kilómetros el antiguo camino que desde Fresno conducía a Cional y Villardeciervos. En la ruta se atraviesan extensas masas de roble de notable belleza.
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