Garray | Soria
NUMANCIA
AULA ARQUEOLÓGICA DEL CERCO DE NUMANCIA
La ciudad de Numancia, fundada en el siglo III a. C., es en la memoria colectiva un hito en la resistencia indígena contra la conquista romana de la Península Ibérica. Las conocidas como Guerras Celtibéricas tuvieron lugar entre el año 153-151 y 143-133 a. C., y desde sus inicios fueron lideradas por Numancia.
El enfrentamiento de más de 20 años, casi siempre con victorias para los celtíberos, propició que Roma enviara al vencedor de Cartago, Publio Cornelio Escipión, con la misión de aplastar por las armas el foco de disidencia. El general aisló la ciudad mediante la construcción de un cerco integrado por siete campamentos militares y un muro o vallum de 9 km de perímetro. Los poco mas de 4000 indígenas se enfrentaron entonces a un contingente de alrededor de 60.000 soldados, entre legionarios y tropas auxiliares. Tras 15 meses de asedio, sin prácticamente asaltos ya que lo que se pretendía era una rendición por hambre de los arévacos, la ciudad fue ocupada en el año 133 a. C.
A partir de entonces se produce una romanización del enclave que dejó su huella en el trazado de sus calles y la edificación de nuevas viviendas y manzanas de trazado regular. Del conjunto de viviendas romanas se han excavado 20. Unas son de carácter rural indígena y otras, mucho más amplias, tienen peristilo al gusto romano y se sitúan en la zona más soleada de la ciudad. Sin embargo, el cambio experimentado no afectó al trazado urbano general ni, al parecer, dio lugar a la edificación de grandes edificios públicos. La vida en la ciudad fue estable hasta el siglo III. A partir de ese momento declina su población, si bien, se sabe que existió una ocupación hispanovisigoda durante el siglo VI y, en el XII, se levantó en las proximidades la ermita románica de Los Mártires.
Las excavaciones arqueológicas se remontan a principios del siglo XX, centradas en la investigación de una superficie de 11 hectáreas, casi la mitad de la extensión calculada para la ciudad. Las numerosas campañas arqueológicas realizadas desde entonces han permitido descubrir, además de las 20 manzanas de viviendas, 19 calles. La ciudad romana se traza en cuadrícula, en torno a dos calles paralelas cortadas por otras transversales. No existían espacios libres o plazas y sí una calle de ronda paralela a la muralla en su sector occidental.
Extramuros de la ciudad, recientes trabajos de excavación, han permitido la localización y excavación de la necrópolis indígena. Los datos científicos obtenidos son imprescindibles para entender la sociedad de los arevacos.
EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO Y SU VISITA
Aula Arqueológica del Cerco de Numancia
En la localidad de Garray puede visitarse El Aula Arqueológica del Cerco de Numancia, un centro de interpretación dedicado a la población indígena y a sus conquistadores.
En una maqueta, mediante legos, asistimos a los últimos momentos del ataque de los romanos a la ciudad indígena. En otra zona vemos la indumentaria de los indígenas en distintas escenas. Una de ellas es la ceremonia de enterramiento de un guerrero. Hay otros personajes, estos romanos, en los que se recrea la indumentaria y el armamento.
A la llegada al yacimiento arqueológico lo primero que encuentra el visitante es un tramo reconstruido de la muralla, con una puerta, la norte, flanqueada por dos torres cuadradas de madera. La anchura de la base es de 4 metros y está fabricada con una alzado de piedra de unos 3,5 metros sobre el que se levanta un cuerpo de adobe de unos 1,5 metros. Por el interior habría un paseo de ronda.
A unas decenas de metros se encuentra el área de aparcamiento y los edificios levantados a principios del XIX, la denominada Casa del Guarda, en la actualidad un anexo del Museo Numantino de Soria. En este edificio hay una pequeña exposición con paneles, un audiovisual y un programa informático interactivo que informa sobre los principales aspectos de la trama urbana y los materiales arqueológicos de la ciudad de Numancia.
Desde aquí parte un circuito o itinerario de la visita por el yacimiento, una decena de puntos informativos organizados para facilitar la comprensión de las características de la trama urbana y la arquitectura de las ciudades indígena y romana . Al comienzo de la ruta conviene detenerse en observar la situación estratégica de la ciudad y la distribución de los diferentes campamentos levantados por los romanos en el famoso cerco de Numancia. Estos están señalizados para su observación desde Numancia con respectivos hitos blancos.
Continuando el itinerario nos aproximamos a un edificio romano de carácter público que ocupa toda una manzana y poseía inicialmente dos alturas. Dispone de varias habitaciones ordenadas en torno a un patio central porticado. Un poco más adelante nos toparemos con varios aljibes, depósitos de agua para el abastecimiento colectivo, situados bien en los patios de las viviendas, bien en los cruces de las calles. Algunos conservan escaleras para descender a por el agua en las épocas más secas.
Avanzando en el interior de la ciudad encontramos una casa de época romana reconstruida. Los materiales con que se levanta son los tradicionales indígenas de la época anterior, pero la superficie de la vivienda era de mayor tamaño. Se accedía desde la calle a través de un patio con un estanque para el agua y el horno de cocer el pan. Ya en el interior nos encontramos un pequeño vestíbulo, una cocina, las habitaciones y el almacén del grano que daba paso a un pequeño corral para los animales. La casa romana está ambientada con objetos y mobiliario propios de aquella época; cerámica, cestería, etc.
En este espacio vemos, además, la reconstrucción de una vivienda celtibérica. Las casas indígenas se sustentan en un zócalo construido en piedra sobre el que levantan los muros de adobe y madera. La planta es rectangular y comprende de tres habitaciones: un pequeño taller en la entrada con una trampilla en el suelo por la que se accede a un sótano, un espacio central para comer y dormir y una despensa trasera. También posee un pequeño cobertizo para los animales. Es una distribución bien contrastada en este yacimiento y en otros de la misma época. La ambientación interna no carece de detalles. Objetos de uso doméstico, agrícola, armas y ropajes permiten una mejor interpretación de la vida de los arévacos numantinos.
En la zona sur de la ciudad apreciamos los cimientos de una de las casas romanas perteneciente a la clase acomodada. Esta vivienda, construida al gusto romano, consta de un patio porticado en forma de “L” y un patio rectangular tras los que se encontraban las estancias a las que se accedía a través de una escalera situada al fondo.
CAMPAMENTROS ROMANOS DE RENIEBLAS
Después de la visita a la ciudad arévaca de Numancia es posible completar nuestros conocimientos acerca de las numerosas acciones militares de los romanos, con el fin de doblegar la resistencia de los numantino. La propuesta es acercarnos a las estructuras descubiertas en algunos de los campamentos en los que se asentaban los legionarios romanos que participaron en los sucesivos asaltos a la urbe indígena.
Junto a la carretera que une Noviercas con Almajano se ha habilitado un parking y un sendero de unos dos kilómetros que conduce a los acuartelamientos romanos de la Atalaya de Renieblas. Aunque los restos visibles son escasos, mediante varios carteles interpretativos tendremos una idea exacta de la magnitud en su época de los recintos militares romanos y de su trascendencia histórica. Hay reconocidos en este lugar cinco campamentos romanos que pudieron albergar hasta 60.000 militares. Esta cifra se obtiene, entre otros datos, de la enorme amplitud de los recintos. El más grande ocupa unas 60 hectáreas, siendo el más extenso de los conocidos hasta la fecha en el orbe romano. Excepcionalidad a la que cabe sumar que los asentamientos militares de Renieblas son de los escasísimos campamentos de época republicana que han podido ser registrados y excavados en todo el Imperio.
Los cuarteles de Renieblas se levantaron durante el asedio de Numancia por el Cónsul Nobilior en el 153 a. C en ellos se refugia el Cónsul y sus tropas después de sufrir una deshonrosa derrota causada por los numantinos. Recientes excavaciones en el denominado campamento III revelan que este asentamiento castrense fue reutilizado por Escipión y que posiblemente desde este lugar se llevará a cabo, en el 133 a.C. , el asalto final a la ciudad de Numancia que supuso su destrucción.
LOCALIZACIÓN Y VISITA
Desde Soria se toma la N-111 que conduce desde Almarza hasta la localidad de Garray en la que se encuentra el Aula Arqueológica. Para acceder a la ciudad indígena es necesario tomar a la salida de la localidad un camino a la derecha. Tanto el yacimiento arqueológico como el Aula Arqueológica tienen un horario de visita.
Recomendamos la visita a la ciudad de Soria y especialmente al Museo Numantino, en el que se exponen buena parte de los materiales originales recuperados en las excavaciones de Numancia. Soria cuenta con notables monumentos, entre ellos, la Concatedral de San Pedro, la iglesia románica de Santo Domingo y el Claustro y la exposición de San Juan de Duero.