Aguilafuente | Segovia

VILLA ROMANA DE
SANTA LUCIA

AULA DE AGUILAFUENTE

Romano

Las noticias sobre el yacimiento y la aparición de mosaicos en el pago de Santa Lucia  se remontan al siglo XIX, si bien no será hasta 1968 cuando se aborden excavaciones arqueológicas  sistemáticas en el lugar. Cuatro años son precisos  para exhumar la  villa romana y una necrópolis visigoda con cerca de doscientos individuos enterrados.

Las excavaciones arqueológicas identificaron buena parte de la mansión señorial romana. En su época de apogeo alcanzaría una extensión cercana a los 2000 m². Esta imponente vivienda está ordenada en torno al gran patio central desde el que se distribuyen las habitaciones. El pasillo alrededor del patio está pavimentado con un esplendido mosaico geométrico. Igualmente se recuperaron fragmentos de mosaicos en otras habitaciones, eso sí, en estado muy fragmentario. No es este el caso de la habitación principal, el oecus, en el que un magnífico suelo de mosaico relativamente bien conservado cubre toda la estancia. Hay una serie de habitaciones que corresponden a la zona de baños privados de la villa. En una de las estancias de este sector, calefactada con aire caliente por debajo del suelo, aparecieron cuatro piscinas en las esquinas de la habitación.

Abandonada y arruinada la villa romana las tumbas visigodas alteraron gran parte del espacio habitado por los romanos.

Los enterramientos visigodos están ordenados por grupos familiares y se disponen en tumbas excavadas en tierra delimitadas por lajas de piedras. Están orientados en dirección E-O, es decir con la cabeza del inhumado situada hacia el nacimiento del sol. En el interior de varias tumbas se recuperaron restos de madera, pertenecientes a ataúdes, y un sinfin de objetos de adorno personal: broches para prender la ropa, hebillas de cinturón, etc. Algunas de las tumbas pertenecen a guerreros que se acompañaron de una serie de armas de la indumentaria militar, por ejemplo, puñales o puntas de lanza.

Tanto por la cronología de los abundantes materiales hallados, como por la información aportada por los mosaicos, es probable que la villa se construya en el siglo II, si bien la suntuosa mansión con solados de mosaicos es del siglo IV y se mantiene en pie hasta el siglo V.

EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO Y SU VISITA

A la villa romana accedemos fácilmente siguiendo la carretera o el camino paralelo que desde Aguilafuente conduce a Turégano. A unos dos kilómetros, a escasos metros de la carretera, alcanzamos a ver los restos arqueológicos.

En los últimos años han tenido lugar diversos trabajos de excavación y conservación del yacimiento, a la par que restaurado los mosaicos, extraídos durante las excavaciones y depositados en su día en el ayuntamiento de Aguilafuente. Los años trascurridos desde la inicial excavación de la villa hasta los trabajos aludidos explican que algunas de las estancias de la villa hayan desaparecido. Ante la pérdida de habitaciones singulares y, por tanto, la imposibilidad de devolver los mosaicos a su lugar de origen, se decidió aprovechar el espacio de la iglesia sin culto de San Juan en Aguilafuente para habilitar una exposición permanente que permita disfrutar de la contemplación de los mosaicos y a la vez dar a conocer las características y avatares de la villa de Santa Lucía.

Conviene detenerse un momento en describir el edificio que alberga la exposición. Se trata de una iglesia declarada Bien de Interés Cultural, ya que conserva una estructura románica muy interesante. Edificada en el siglo XII, si bien la torre es algo posterior. De las trazas románicas primitivas destacan: las portadas en ladrillo con arcos de medio punto y cuatro arquivoltas, el ábside cuadrado, o la sobria pero a su vez elegante torre, en cuyo cuerpo superior en sillería hay amplios ventanales con arcos también de medio punto. El templo sufre una profunda transformación en el siglo XVI, añadiéndose la nave lateral y una pequeña capilla con nervadura gótica. La iglesia se encontraba en estado de ruina y es rehabilitada a finales de los 80 y principios de los 90 con la idea de dotarla de un uso cultural.

Como hemos mencionado, uno de los propósitos de la exposición es mostrar los mosaicos hallados en la villa romana. Estos están distribuidos por buena parte del espacio lateral del edificio religioso, bajo el coro y en el coro bajo. En esos espacios hay expuestos fragmentos del mosaico del corredor del patio. Un mosaico que se caracteriza por la calidad y diversidad de los motivos geométricos polícromos: rombos, hexágonos, o estrellas de ocho puntas. Pero sin duda el mosaico que presenta mejor factura es el denominado de Los Caballos, así denominado porque en su parte central asoman dos caballos atados a un árbol. El mosaico ocupaba la habitación principal e la villa, el oecus o salón de recepción. Allí el señor de la villa recibía a los visitantes y no es casualidad que eligiera para su solado una representación de esplendidos corceles. Es conocido que los terratenientes hispanos alardeaban de poseer cuadras de calidad y en el caso de las monturas de Aguilafuente, cuyos nombres figuran en los mosaicos, es probable que se trate de ejemplares escogidos para carreras de caballos celebradas en hipódromos. Aunque no ha sido posible contrastarlo con metodología arqueológica a menos de 300 metros de la villa romana hay una hondonada a la que tradicionalmente se la denomina “cerco de Roma”. Apodo que para algunos rememoraría un hipódromo privado no precisamente infrecuentes en el Imperio

Aparte de la escena con los rocines, hay muchos otros muchos motivos geométricos, en una composición muy abigarrada, entre los que distinguimos cuadrados, hexágonos o nudos de Salomón. Debidamente protegidos por cristales de seguridad podemos literalmente pisar por los mosaicos, con lo que uno puede hacerse una idea bastante aproximada de lo que experimentaban los moradores de la villa. La exposición, además, ofrece cumplida información acerca de las villas romanas. Para ello reproduce algunos espacios como el patio de la villa, en el que se exponen las extremas diferencias entre las clases sociales de la época; u otras curiosidades de la vida diaria, como es el uso del latín, el vestido, el peinado. La visión sobre la villa de Santa Lucía se completa con una sala dedicada a la etapa visigoda, recordando el ritual de enterramiento y reproduciendo, para ser manipulados por el visitante, algunos de los objetos que acompañaban al difunto, como los espléndidos broches de cinturón con incrustaciones de plata.

LOCALIZACIÓN Y VISITA

El aula arqueológica está ubicada en el núcleo de población de Aguilafuente.

La visita al yacimiento es libre y el Aula Arqueológica tiene horario de visita. Se recomienda conocer el cercano Conjunto Histórico de Cuéllar.