Norte de Burgos

IGLESIAS
RUPESTRES

Medieval

Un grupo de edificios excavados en la roca de la provincia de Burgos son poseedores de unas características tipológicas e históricas comunes que sustenta incluirlas entre los testimonios más sobresalientes de las primeras ocupaciones medievales cristianas de Castilla y León.

 

A Todos ellos se les considera testimonios de asentamientos eremíticos, e incluso algunos estudiosos señalan el origen de algunos de ellos en época visigoda. Lo cierto es que, sin dudar de su inicio en momentos anteriores al siglo IX, todos los monumentos a los que nos referiremos: Iglesia rupestre de San Miguel en Presillas de Bricias, Iglesia de San Pedro en Argés e Iglesia de El Pópilo en Herrán, sirvieron en su día, a partir del siglo IX y X, de templos que atendían las necesidades espirituales de poblaciones cristianas hoy desaparecidas, cuyos habitantes repoblaron estos territorios una vez que la frontera entre cristianos y musulmanes se situó muchas decenas de kilómetros al sur, en el río Duero.

IGLESIA RUPESTRE DE SAN MIGUEL. PRESILLAS DE BRICIAS

Un espectacular roquedo de arenisca de tonalidad rojiza, erguido sobre su entorno unas decenas de metros, fue el lugar escogido por una comunidad medieval cristiana para edificar su iglesia. La obra comportó considerable esfuerzo en tiempo y extraordinaria destreza a la hora de ejecutar los trabajos de excavación, ya que nos hallamos ante la iglesia rupestre más espaciosa de las conocidas en la meseta norte.

En realidad se trata de dos iglesias superpuestas. La inferior tiene planta basilical y tres naves rectangulares que se rematan por tres ábsides, dos de ellos rectangulares y un tercero de planta redondeada. Este último deliberadamente, por razones desconocidas, no se concluyó. Los ábsides tienen tallados respectivos altares y en sus paredes hay oquedades en las que, en uso del templo, se alojarían cruces u otros objetos litúrgicos. La comunicación entre ellos se produce atravesando arcos fajones sostenidos por esbeltas pilastras rectangulares. En el pilar central hay restos del arranque de un muro que pudo funcionar como un cancel que separaba a los sacerdotes de los fieles y, entre estos, a los bautizados de aquellos que no habían recibido el sacramento del bautismo. Por supuesto, permanecían separados en las ceremonias religiosas hombres y mujeres.

Por su parte, la iglesia superior ofrece otros interesantes atributos. Las naves son de manera inusual bastante más anchas que largas. Su pequeño tamaño sugiere que en realidad funcionaria como un coro o terraza del otro templo, teniendo en cuenta que está comunicada con la iglesia inferior por una escalera tallada en la roca.

En las inmediaciones del roquedo se hallan otras estructuras rupestres artificiales de gran interés. Por ejemplo, en la llamada Cueva de la Vieja se ha documentado un baptisterio rupestre de planta rectangular en el que se descubrieron dos piscinas bautismales.

En lo que concierne a su posible cronología, algunos hallazgos de cerámica y la morfología del templo sugieren que se construiría entre los siglos IX al X, en plena repoblación por los cristianos de este territorio.

LOCALIZACIÓN

Desde la población de Presillas de Bricias se toma un sendero señalizado que conduce al pie del farallón rocoso aislado que se alza sobre un extenso y magnífico bosque de robles y encinas.

IGLESIA DE SAN PEDRO. ARGÉS

La construcción rupestre se localiza a escasos metros de la orilla del río Ebro. Está excavada en uno de los roquedos de arenisca que flanquean el río y sobresale a más de 30 metros de altura por encima del cauce fluvial. Al igual que sucede con la mayoría de los templos rupestres vecinos, no hay constancia arqueológica de su origen eremítico y, en todo caso, el presumible antiguo cenobio se reemplazó para su uso como parroquia ya en época medieval por las poblaciones cristianas que habitaban en sus cercanías.

La iglesia consta de dos naves rectangulares unidas por sendos arcos de herradura. Las naves a su vez se rematan con dos ábsides semicirculares. La nave de la izquierda podría haberse erigido en el siglo X, mientras que la segunda nave se habría añadido en el siglo XII, puesto que imita el estilo románico. Conserva el techo rematado por bóvedas de cañón con arcos fajones a semejanza de los primitivos monumentos románicos.

Al pie de la nave hay un espacio diferenciado mediante dos arcos de herradura que se presupone fue una capilla. En este rincón hay dos tumbas, de tipo bañera y antropomorfa, sobre un pequeño pedestal de un metro de altura en el que se grabó una cruz.

Al igual que hemos comentado en la iglesia de presillas de Bricias, se observan en las naves los arranques de tres canceles que separaban, conforme a la liturgia de la época, a los oficiantes de los feligreses.

Destaca el elaborado presbiterio en el que se tallan varias hornacinas a los lados y un banco corrido muy deteriorado. Se distingue también un altar elevado y al fondo una hornacina con una cruz grabada de similar tipología a la que se ve en la capilla.

Aproximadamente en el centro de la nave se intuye un orificio rectangular en el que se celebraría la ceremonia del bautismo por inmersión.

Conocemos que se mantuvo en uso por lo menos hasta la Baja Edad Media. Hay referencias a la iglesia en documentos de los siglos XIII y XIV que nos relatan su posible pertenencia al cercano monasterio de Rioseco. Por cierto, la contemplación de las imponentes ruinas de este monasterio situado a pocos kilómetros en dirección Incinillas es de visita obligada.

LOCALIZACIÓN

Se accede a la iglesia siguiendo un estrecho sendero que parte a mano izquierda  de la carretera que conduce de Incinillas a Valle de Manzanedo. Una señal junto a la carretera avisa del inicio del camino de acceso.

+ INFORMACIÓN

IGLESIA DE EL PÓPILO. HERRÁN

A los pies de un farallón rocoso, a poco menos de un kilómetro de la población de Herrán, se encuentran los restos de la ermita semirupestre conocida con el nombre de “El Pópilo”. La edificación religiosa domina un pequeño el valle y es muy probable que sea el lugar de culto y el cementerio de una población cristiana que habitaba en la citada hondonada.

Una de las sorpresas de la excavación arqueológica del templo fue descubrir que el lugar había sido ya ocupado durante época neolítica por un pequeño poblado con cabañas de troncos y ramas. Este hábitat tiene más de 7.000 años y pertenece a un reducido grupo humano de agricultores y ganaderos. Los cuchillos de sílex y los molinos de mano, entre otros materiales, atestiguan estas actividades.

No hay demasiados datos sobre el origen de la iglesia rupestre. Algunos estudios sostienen que se remonta al siglo VIII por ciertos detalles arquitectónicos, como un arco de herradura esculpido en una de las paredes del edificio y sobre todo por su evidente similitud con complejos eremíticos de la provincia de Burgos y de las colindantes de Palencia y Santander. Lo cierto es que buena parte de los restos que hoy podemos observar se atribuyen a la ampliación del eremitorio con la construcción de la iglesia, ya en plena Edad Media. La iglesia estuvo en uso durante varios siglos, sabemos de su pervivencia en el siglo XVI por un documento escrito que se refiere al templo.

De la iglesia se conserva la cabecera y parte de la nave, en un espacio de algo más de 6 metros de largo por 4 de ancho. La cabecera tiene planta cuadrada y en ella hay un pequeño rebaje en el centro destinado a encajar el altar. Por su parte, la nave dispone de techo en forma de bóveda de medio punto y conserva parte del suelo original de cal, arenisca y ladrillo triturados. En la pared vemos varias oquedades alineadas, orificios para sostener las vigas del coro o piso superior. Igualmente excavado en pared rocosa hay un sarcófago y sobre él una hornacina en forma de arco de herradura.

De la extensa necrópolis hallada junto a la iglesia se han excavado 36 tumbas. Están orientadas este-oeste y la mayoría pertenecen a la tipología de enterramientos en lajas. Los laterales de las tumbas disponen de piedras hincadas, mientras que para la cubierta se utilizan pequeñas losas en posición horizontal. Se trata de un modelo de enterramiento que estuvo en plena vigencia entre los siglos XI al XIII, aunque hay algunos ejemplos más antiguos y perviven excepcionalmente en los siglos posteriores.

LOCALIZACIÓN

Para acceder al yacimiento hay que partir del aparcamiento de la población de Herrán. El Pópilo se encuentra a algo más de una kilómetro al sudeste siguiendo el camino de Plágaro. Cumplido este recorrido, a la izquierda, sale una senda que discurre por el valle y que conduce hasta la iglesia rupestre.

+ INFORMACIÓN