Por : Laboratoria de Fotogrametría Arquitectónica | UVa
El estado de las edificaciones es muy variado, pues se puede encontrar desde edificios en ruina a otros que se han restaurado de forma integral. Los aspectos considerados aquí son los que se refiere al aspecto de las edificaciones que se apreciar al recorres las calles que conforman el recorrido del Camino de Santiago a su paso por la calzada de Béjar.
De manera general las alteraciones que establecen el estado de conservación de los edificios se refieren, por una parte a la inexistencia de mantenimiento en ellos, al ser abandonados por su falta de uso; por otra al cambio de elementos y materiales tradicionales.
Un factor determinante en la ruina de las edificaciones son las humedades que disminuyen la resistencia de los muros y provocan la pudrición de los elementos leñosos, fundamentalmente los estructurales. De manera especial se aprecia en las cabezas de vigas y viguetas azotadas por el agua de lluvia y en aquellos elementos que, por alteraciones en la solución constructiva que permite evacuar el agua, se empapan regularmente en las estaciones lluviosas.
En algunos casos falla la resistencia estructural de la solución constructiva, lo que obliga al apuntalamiento de elementos puntuales, pies derechos que reciben las cargas de la estructura y del cerramiento de la planta superior.
El cambio de elementos y materiales tradicionales es la alteración que más afecta a la conservación del aspecto tradicional de las edificaciones, en general viene marcado por el cambio de puertas y ventanas, manteniendo la madera en unos casos o cambiando esta por soluciones en aluminio o hierro, que combinan paños ciegos y de cristal protegidos por embarrotados también metálicos.
El cambio que se produce, se refiere tanto a la forma como al material cambiando.
En ocasiones los cambios pasan desapercibidos, son soluciones donde se mantiene el material, la madera, pero con unas configuraciones formales que nada tienen que ver con las soluciones originales. En otras ocasiones la coloración “camufla” las soluciones realizadas con los nuevos materiales.
En las ventanas, los nuevos materiales tienen unos acabados con una textura diferente a las soluciones de madera, también varía el color del acabado, a lo que hay que añadir la incorporación de persianas enrollables, cuya caja reducen el hueco del hueco de la ventana, modificando su configuración original.
Otros cambios significativos que afectan al aspecto tradicional de las edificaciones se refieren al cambio del embarrotado de los balcones o al picado de paramentos, dejando a la vista los mampuestos de piedra que los conforman.
El “pelado” de los revocos de fachada da una percepción falsa de lo que fue el aspecto original de las edificaciones.
Un cambio de material que afecta sustancialmente a la percepción de las edificaciones de las calles que recorre el Camino de Santiago, se refieren a aquellos que se usan en la protección del agua de lluvia, Tanto en la cubierta como en la protección de hastiales.
En los hastiales la chapa lacada sustituye a la solución tradicional que utilizaba la teja clavada en vertical sobre el paramento del hastial para formar una superficie impermeable.
Solución tradicional que se encuentra en otras localidades del entorno, incluso en el propio Béjar, asociado incluso a soluciones arquitectónicas de carácter culto.
La chapa de acero acanalada confiere un aspecto entre industrial y fabril, muy alejado del carácter tradicional de las arquitecturas rurales que conforman el conjunto urbano de la Calzada de Béjar.
El fibrocemento, en placas, es el otro material utilizado para conseguir impermeabilizar muros y cubiertas.
Su utilización, como en el caso de la chapa de acero, viene motivada por la facilidad de conseguir amplias superficies continuas, con lo que se evita la multiplicidad de uniones que ocasiona el uso de la teja árabe, a la vez de reducir los tiempos de montaje, dada la simplicidad de su colocación.
El cambio de materiales, unido a la alteración de la forma y proporciones de los elementos constructivos supone la pérdida de los valores tradicionales que caracterizan la arquitectura realizada por artesanos locales.
Particularmente perjudiciales para el mantenimiento de una unidad arquitectónica en el trazado urbano son las intervenciones que han sustituido las arquitecturas tradicionales por edificaciones de nueva planta que nada tienen que ver en la organización de su volumetría ni en la composición de sus fachadas.
Soluciones que rompen la linealidad de las fachadas en las calles, con materiales y disposiciones estructurales que nada tienen que ver con las soluciones constructivas que recurren al uso de madera y piedra en su construcción.
Nuevos materiales que proporcionan sistemas estructurales diferentes, que alteran las formas y composiciones generales del conjunto edificado
Un aspecto complementario, relacionado con la conservación de la imagen vinculada a un entorno rural se refiere a los elementos que pueblan el trazado urbano con los que se soluciona la demanda de energía eléctrica, o con los que se hace posible la recepción de la señal que alimenta el receptor de televisión.
Nos referimos al cableado eléctrico y a la multiplicidad de antenas que proliferan en las fachadas y tejados de las edificaciones.
El color dominante es el blanco de los paramentos encalados, con el que se enjalbegaba el mortero de cal y arena que recubre los muros de mampuestos de piedra.
Sobre el blanco algunas edificaciones presentan un zócalo de protección, en el que se recurre a diferentes soluciones cromáticas, gris, verde o azul.
El color desaparece en algunas edificaciones restauradas, pues se toma la opción de picar el enfoscado, dejando la piedra y el mortero de agarre visto.
En algún caso se ha recurrido a un aplacado de piedra, tanto con despieces regulares de granito, como irregular de piedra caliza, con los que resolver el zócalo que proteja la parte baja del muro.
El pavimento se resuelve con entrepaños de hormigón entre encintados de piedra granítica.
En los bordes se genera un bordillo para configurar una estrecha acera.
En general presenta un buen estado de conservación, si bien en lugares de encuentro de viales o en donde se han realizado obras de infraestructuras, presentan alteraciones y desperfectos
NOTA
El estado de las edificaciones de las calles Salas Pombo y Calzada Romana se recoge en las fichas individualizadas que contiene el ANEXO asociado a esta memoria.