El fragmento de la Natividad de Sotopalacios debió de formar parte de un conjunto más amplio, siendo la parte central de un retablo probablemente constituido por tres relieves dedicados a la Vida de la Virgen, tal vez junto a los Desposorios y la Epifanía, al modo de los de Rieden o Funchal. Como éstos, adoptaría la forma de “T” invertida, propia de los retablos de Bruselas entre los que se inscribe la producción de Willem Aerts, a quien se ha adjudicado su autoría.
Una de las escenas que no conservamos podría ser la descrita en el catálogo de la exposición del Centenario de la catedral de Burgos como “un relieve en madera representando un paisaje […] resto de un retablo desaparecido de estilo flamenco”. Al parecer en 1921 poseía una repolicromía rococó, pues se describe con rocallas doradas, lo que pudo inducir a fecharlo en el siglo XVIII, datación a descartar pues la realización e importación de retablos flamencos esculpidos cesó a mediados del siglo XVI.