En el retablo de Bascones de Valdivia cohabitan al menos dos policromías. La de mayor protagonismo es rococó y fue realizada en 1776, aplicada al parecer directamente sobre el colorido y dorado originales, cubriéndolos en su mayor parte. En ella predominan los tonos rojos, verdes y azules, y muestra estofados rápidos de grandes flores, rocallas, y motivos en C, sobre fondos dorados lisos o rajados imitando los hilos de oro. En contraposición, los fragmentos visibles de pintura primitiva revelan una policromía muy refinada y de gran riqueza decorativa, con alternancia de dorado pulido, mate y plateado, lacas rojas, verdes y pardo-rojizas, encarnaciones de aspecto pulido y acumulación y variación de motivos ornamentales.
Técnicas decorativas (originales):