RETABLO DE LA VIDA DE LA VIRGEN

ICONOGRAFÍA 

María constituye el nexo de todas las escenas. El relato se inicia con su Nacimiento: Santa Ana aún yace en el lecho asistida por varias doncellas, una de las cuales sostiene a la Virgen cuidadosamente arropada junto al fuego. El Anuncio del arcángel San Gabriel, en el que asume su trascendental papel como Madre del Mesías, es el siguiente episodio, donde no falta el jarrón de azucenas (en parte desaparecidas) y las referencias al ámbito doméstico. En el Nacimiento, situado en un pesebre de tradición flamenca, María adopta un gesto de adoración, mientras un ángel expone al Niño sobre un lienzo, en una variante inusual. Se completan los relieves laterales con la Epifanía, reducida a los personajes principales, en una composición muy equilibrada.
Culmina la narración en la calle central con el Llanto sobre Cristo Muerto, subrayando el dolor de la Virgen que sostiene el cadáver de su Hijo, bajo el paisaje del Monte Calvario, donde figura un ladrón crucificado.