Loza producida en la morería de Valladolid

La dedicación habitual de los alcalleres moriscos a lo largo del siglo XVI era la elaboración de vajilla de mesa (platos, medios platos, escudillas, jarros, aceiteras, burnias, botes, concilias o albahaqueros) y, algunos de ellos, de azulejos.

En el caso de Valladolid, el mejor conocido, el barro que empleaban (de origen calcáreo y color blanquecino) procedía de barreros situados al sur de la ciudad y los vedríos (esmaltes) con los se impermeabilizaban y decoraban las piezas, los compraban normalmente a mercaderes, pero también a otros alcalleres que en ocasiones se dedicaban a la venta de estos óxidos al resto de los oficiales. Elaboraban vajilla al gusto de la época: piezas con baño estannífero, sobre todo platos y escudillas, decoradas ocasionalmente con marcas en azul en el fondo y, a medida que avanzaba la centuria, imitaciones de las series talaveranas en azul y luego tricolores y polícromas, las llamadas contrahechas.

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