Bautismo
Hacia el año 1500 los mudéjares castellanos vivían integrados en la sociedad castellana, aunque debían pagar impuestos específicos, vivir aislados en sus morerías y llevar señales distintivas en la ropa. Pero su vida cambió radicalmente como consecuencia de un acontecimiento que ocurrió muy lejos de estas tierras: la revuelta de los mudéjares granadinos en 1500-1501.Los Reyes Católicos decidieron aprovechar la circunstancia para avanzar hacia la unificación religiosa del país y en febrero de 1502 hicieron saber a los mudéjares de la Corona de Castilla que también ellos tendrían que escoger entre convertirse al cristianismo o marcharse de Castilla. Posiblemente todos los musulmanes de la Meseta se bautizaron, tal como está documentado para el caso de Ávila, donde unas 700 personas –aproximadamente el 10% de sus habitantes- tomaron el bautizo. Este acontecimiento fue celebrado en la ciudad con unas alegrías en las que se corrieron toros.
Esta forzada conversión fue vista por cristianos y musulmanes con perspectivas opuestas. Para los primeros se trató de la culminación lógica y necesaria del proceso unificador iniciado hacía siglos, mientras que para los segundos fue una manifestación más del incumplimiento por parte cristiana de su compromiso histórico de respetar la personalidad social de los musulmanes bajo el estatuto de mudéjares. En adelante a los escasos moriscos castellanos sólo les caben dos posibilidades: integrarse definitivamente en la sociedad cristiana o desarrollar una estrategia de resistencia pasiva teñida de docilidad externa.
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Bautismo
Expulsión