Calle Empedrada
Esta calle de Ávila conserva ciertos elementos constructivos y urbanísticos que nos permiten relacionarla con su pasado mudéjar y morisco. Si bien su trazado y fisonomía actual respoden fundamentalmente a reformas de época moderna y contemporánea, en su caserío se han fosilizado elementos bajomedievales, escondidos a veces tras los revocos de sus fachadas y otras veces en el interior de los corrales traseros de sus viviendas. Y, como complemento a ello, en la confluencia con la Bajada de San Nicolás, encontramos una extraña parcela, descentrada con respecto a la calle, indicadora de una anterior ordenación del caserío circundante. En todos estos ejemplos, los materiales constructivos, los paramentos y los elementos estilísticos apuntan a edificios medievales.En concreto, en la fachada del número 8, un antiguo arco de herradura con alfiz y decorado con yeserías nos aporta el elemento artístico (lamentable e incomprensiblemente restaurado como arco de medio punto); en el número 33, la discordante manzana citada corresponde a una de las tres mezquitas que tuvo la Ávila medieval, la mezquita de la Alquibla, correctamente orientada a La Meca; y en el número 7, en su parte trasera, se esconde uno de los pocos ejemplos de arquitectura doméstica bajomedieval conservados de la ciudad.
La calle desemboca en la plaza de San Nicolás, atravesando la cual se llegaba a la maqbara o cementerio islámico del Vado de San Mateo, excavado a comienzos del siglo XXI y que deparó más de tres mil enterramientos islámicos, fechados entre los siglos XIII y XV.
Todos estos datos, más la información contenida en la documentación escrita, que sitúa en esta calle o en sus inmediatos alrededores viviendas y propiedades de los musulmanes abulenses, hacen de esta vía uno de los espacios más emblemáticos de la morería de la ciudad, con inmuebles y espacios aún hoy perfectamente reconocibles.