LAS FUENTES

La información que recoge esta página web está basada en el estudio documental realizado , en el año 2014, por la doctora en Historia del Arte Mª José Zaparaín Yáñez, titulado  "Estudio Documental: Historia y Patrimonio del Monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos). Entre la realidad y la leyenda".

Entre los fondos de carácter estatal consultados destacan el Archivo Histórico Nacional y los archivos General de Simancas y de la Real Chancillería de Valladolid que albergan un interesante conjunto de pleitos, privilegios o concesiones regias desde finales de la Edad Media y de toda la Edad Moderna; el Archivo General de la Administración y el Instituto del Patrimonio Cultural de España, que aportan los proyectos de restauración llevados a cabo en el cenobio desde la II República hasta comienzos de la democracia, además de valiosos testimonios gráficos y el Archivo de la Real Academia de la Historia donde pueden rastrearse datos sobre la valoración de la abadía como monumento histórico.  Sin embargo, es en la Biblioteca Francisco Zabalburú de Madrid, donde se encuentra parte de la más valiosa información sobre el monasterio burgalés, entre la que sobresale el Becerro Gótico de Cardeña, que reúne 372 transcripciones de títulos de propiedad, concesiones y derechos, ventas, compras o permutas. Este cartulario es «el más valioso testimonio, generalmente fidedigno, del primer pasado de este cenobio»[1]. Adquiere especial relevancia por recoger documentos del periodo de mayor esplendor del monasterio, cuyos originales se perdieron durante saqueo de las tropas francesas o las sucesivas desamortizaciones.  Además, existió otra compilación documental, el Libro de Tablas, desaparecido en el s. XIX. 

La Biblioteca Zabalburú conserva otros dos valiosos manuscritos sobre San Pedro de Cardeña realizados por religiosos de la casa: Libro de la Fundaçión y doctaçión del monasterio de Sant Pedro de Caradigna recopilado y ordenado por el Abbad Fr. Lope de Frías (1543) y su continuación por el archivero Fr. Juan de Torres, Libro de la fundaçión y bienechores deste insigne y Real monesterio de Sant Pedro de Karadigna.

La obra de Fr. Lope de Frías permite conocer los cambios que supuso la incorporación a la Congregación de San Benito y acercarse a los primeros abades, especialmente a Fr. Juan de Belorado, así como a los proyectos arquitectónicos que este impulsó para adaptar el cenobio a los nuevos tiempos. El trabajo de Fr. Juan de Torres, que hasta hace poco se daba por perdido, bebe del anterior y se detiene en la figura de Fr. Lope de Frías, al que el autor conoció personalmente y al que se deben importantes intervenciones arquitectónicas en San Pedro de Cardeña. Otro manuscrito del s. XVII, conservado en la Biblioteca Nacional y escrito por el padre Fr. Joan de Arévalo, es la Crónica de los antiguos condes y primeros reyes y señores de Castilla;  se conserva enla Biblioteca Nacional y aunque se centra en la figura del Cid, ofrece valiosa información sobre la abadía.

El Archivo de la Real Academia de la Historia custodia diversos códices procedentes del cenobio burgalés, además de un Breviario de 1327, al que se incorporaron noticias sobre la historia del monasterio y listados de personajes enterrados en Cardeña, uno del año en que fue escrito y otro procedente de mediados del s. XV a partir de apuntes de 1423. Estos datos resultan fundamentales para entender la gestación del mítico panteón de Cardeña. Con esta misma temática, pero en fondos foráneos, la Hispanic Society de Nueva Yorkalberga el Libro de memorias y aniversarios, también denominado Nicrológico antiguo (s. XII) y  aporta valiosas informaciones sobre usos funerarios y la gestación de las tradiciones cardenienses.

Otras fuentes documentales sobre la abadía se encuentran en Burgos. En el Archivo Municipal la documentación reúne intervenciones regias o pleitos como el mantenido durante centurias con la Cartuja. En la Diputación Provincial, además del Catastro de Ensenada, que refleja la realidad del monasterio a mediados del s. XVIII, se halla documentación sobre los ss. XIX y XX, como la relativa a la modernización de la red viaria a San Pedro de Cardeña, las gestiones para convertir el edificio en un centro psiquiátrico o las ayudas económicas para las restauraciones del pasado siglo. Los archivos de estas dos instituciones aportan, además, un interesante material fotográfico del cenobio.

El Archivo Diocesano de Burgos custodia un fondo documental sobre las circunstancias que siguieron a la desamortización de 1835. El Archivo Histórico Provincial alberga protocolos notariales referentes a los ss. XVII y XVIII y expedientes relacionados con las ventas de bienes nacionales. También el Archivo Catedralicio conserva escrituras que ilustran sobre la relación de la comunidad religiosa con la sede episcopal, así como el papel de ésta en la devoción a los mártires de Cardeña. En la Institución Fernán González se encuentran actas de la Comisión Provincial de Monumentos con relación a los problemas sufridos por el edificio en los ss. XIX y XX.

Gracias al Monasterio de Santo Domingo de Silos se ha conservado una copia de un Libro de Visitas de 1338, cuyo original recoge las salidas de abades de Cardeña y Silos a otros monasterios así como las Actas y Constituciones de la Congregación de San Benito, de las que puede extraerse información sobre el funcionamiento de la orden y las casas constituyentes. Finalmente, el propio monasterio de Cardeña conserva documentación sobre las obras realizadas tras la llegada de la comunidad cisterciense.

Entre la bibliografía más antigua sobre el monasterio figura la Primera Crónica General,encargada por Alfonso X y que da cuenta de las leyendas surgidas en Cardeña sobre el Cid; la Chronica del famoso cauallero Cid Ruy Diez Campeador, editada en 1512 por el abad Fr. Juan de Belorado, que incluye una memoria de los personajes enterrados en la abadía y recoge la leyenda sobre los orígenes fabulosos del cenobio. En una edición ampliada de esta obra (de 1593) se añadió el relato de Fr. Lope de Frías sobre el traslado del sepulcro del Cid en 1541.

Los propios historiadores benedictinos prestaron especial atención a Cardeña por ser considerado el cenobio más antiguo de la orden en España. Prudencio de Sandoval recogió la Primera parte de las fundaciones de los monasterios del glorioso Padre San Benito...; a él se refieren también Fr. Antonio Yepes, en su Crónica general de la orden de San Benito, y el abad de Cardeña Francisco Berganza en Antigüedades de España… (1719 y 1721). Este último autor indagó en el archivo de la abadía burgalesa y otros fondos religiosos y transcribió documentos que permiten conocer algunos de los incluidos en el perdido Libro de Tablas, sin renunciar al relato de la leyenda en torno al cenobio. La abadía también ha sido objeto de estudio por parte del agustino Fr. Enrique Flórez en su obra España Sagrada.

Entre las aportaciones posteriores figuran las de Amador de los Ríos, en su libro Burgos (1888) y Juan Menéndez Pidal, en su trabajo "San Pedro de Cardeña: restos y memorias del antiguo monasterio"[2]. Ya en el s. XX, el profesor Moreta Velayos, Colin Smith, Javier Peña, el abad Jesús Álvarez o Rafael Sánchez Domingo han abordado distintos aspectos relacionados con la abadía. Su escritorio ha dado lugar a varios estudios, firmados por Linage Conde, Millares Caro, Díaz y Díaz o Gonzalo Martínez Díez, además de Fr. Justo Pérez de Urbel.

Otra fuente documental consultada es prensa del s. XIX y de principios del XX. En ella aparecieron numerosos artículos sobre la abadía, en ocasiones motivados por estar íntimamente ligada a la figura del Cid.