Una de las principales características de los asentamientos militares en época romana es la presencia de militaria dentro y fuera del recinto. Las tropas dejaban atrás no solamente armas, sino también otros pertrechos fácilmente identificables por su naturaleza como partes del equipo legionario.
El proceso de documentación de todos los materiales del campamento ha implicado la realización de sondeos en extensión o microcatas en los casos de prospección. Ello supone la recuperación de información estratigráfica muy valiosa que ha permitido documentar la existencia de distintos niveles de suelo correspondientes a las diferentes fases de ocupación campamental.
Lanza sobre el primer suelo de ocupación. La segunda fase apenas tiene una potencia de 7 cm, un nivel lo suficientemente exiguo como para desaparecer si no se extrae mediante metodología arqueológica.
El asentamiento de las tropas se hacía efectivo tanto en barracones como en tiendas de campaña. La localización de los vientos con que se sujetaban estas últimas es en la mayor parte de los casos la única evidencia que resta de este fenómeno.
En el campamento de Ḷḷagüezos se han documentado muchos tipos diferentes de piqueta, siendo las más comunes las de anilla circular:
Porcentualmente, son los elementos metálicos de cronología romana más frecuentes en el campamento de Llagüezos.
Normalmente abandonadas por rotura, como el ejemplar de larga longitud, o por encontrarse insertas entre rocas o perdidas entre las mismas, como el ejemplar de anillas.
La realización de microcatas, complementarias a los sondeos arqueológicos, ha permitido constatar la existencia de varios suelos de ocupación, posiblemente correspondientes a las diferentes campañas estivales durante el período de las Guerras Cántabras.
Para la adecuación de la orografía y la preparación del espacio hicieron uso de hoces, azadas, podones y muchas otras herramientas que muchas veces eran abandonadas in situ al fragmentarse, o simplemente olvidadas sobre el terreno.
La presencia de estos elementos de cerrajería suele responden siempre a la necesidad de cierre seguro de elementos de alta importancia.
Esta llave articulada en L tiene paralelos en otros campamentos como Cáceres el Viejo, o asentamientos como Uxama e Iuliobriga, entre otros.
Fue documentada en la zona superior del
campamento, concretamente en una de las laderas, y se encontraba casi en
superficie en el momento del hallazgo.
Llave by Proyecto La Carisa on Sketchfab
Otros instrumentos recuperados dentro del campamento pudieran ser parte de cerraduras, o simples elementos de sujeción, como esta chapa de doble ojal:
Aparecen fíbulas de gran tamaño como esta anular en omega que parecen indicar el empleo de prendas tipo sagum por parte de los legionarios. Se trata de un ejemplar de gran tamaño, realizada en bronce, con decoraciones a lo largo de su arandela, muy similar a otra aparecida en la cima de La Cerrosa-Lagaña (Suarías, Peñamellera Baja, Asturias) o en el campamento de La Muela en Villamartín de Sotoscueva, Burgos.
Además de este modelo, en la Carisa han aparecido pasadores en T de bronce, otro sistema de sujeción textil de capas y prendas tipo sagum muy comunes y que tuvieron perduración hasta época medieval.
Entre las armas recuperadas contamos con jabalinas, partes de pilae (pasadores, vástago, extremos), moharras de lanza, puñales, puntas de flecha, puntas biapuntadas, fragmentos de hacha…
Posiblemente uno de los elementos más característicos de la militaria legionaria sea el pilum y sus diferentes partes. Por desgracia, todos los ejemplares documentados se encuentran fragmentados o inutilizados para su uso.
No así sucede con las lanzas recuperadas, que suelen encontrarse completas, algunas con nervadura central y otras simplemente de hoja plana lanceolada. En los casos en que no aparece nervio, el tamaño suele ser mayor en la anchura. Así mismo, la falta de un nervio central puede ser debido al estado de estado de conservación.
Las puntas de lanza son muy difíciles de datar con precisión, ya que su diseño apenas ha variado con el paso del tiempo.
Lanza by Proyecto La Carisa on Sketchfab
La segunda parte que pertenece a todos estos proyectiles es el regatón, o extremo distal del arma arrojadiza. Se colocaban tanto en los astiles de las jabalinas como en los de las lanzas y de los pilae. Protegían el extremo del astil contra el desgaste y las astillas, y permitían que el arma se clavara en el suelo cuando no se utilizaba. Tienen una sección redonda y están fabricadas en hierro. En alguna ocasión presentan orificio para clavarlas al astil.
Pilum by Proyecto La Carisa on Sketchfab
Por último, entre las armas arrojadizas se han localizado también varios pilae catapultaria, de diferentes tamaños, coindidentes en que morfológicamente responden a proyectiles de punta maciza con forma piramidal cuadrangular unida a un tubo de enmangue que presenta en ocasiones un orificio para su sujecióna un vástago de madera.
Ello confirma la presencia de artillería en La Carisa, pues estos proyectiles responden al empleo de dicha maquinaria. El hallazgo de partes de una posible catapulta en el campamento de Curriel.los no hace sino abundar en esta hipótesis.
.
Desde aquí puede acceder a todos los modelos 3D de militaria hasta el momento, a los que se irán sumando más: