La zona arqueológica de la Carisa, en el cordal de Carroceo, entre los concejos de Villamanín, Aller y Lena, ha supuesto uno de los hallazgos arqueológicos más significativos en los últimos años, aportando datos inexcusables para el conocimiento del Bellum Asturicum, tal y como se ha venido demostrando en los últimos años.
Uno de los primeros pasos de los romanos para tomar posiciones en el conflicto fue la construcción de un campamento en el Pico Ḷḷagüezos, cuya posición estratégica ofrece un extenso control sobre la vía y resto de la sierra.
Algo más al Norte, a unos 5 km de distancia en línea de aire, levantarían un segundo campamento mucho más complejo, el de Currieḷḷos, que sufrió varias ampliaciones a lo largo de los años.
Más alejado aún, el recinto de La Cuaña presenta unas dimensiones mucho menores y una planta elíptica, haciendo uso de las escarpadas laderas para su defensa.
Tras la finalización de las guerras asturcántabras, llegaron a levantarse barracones estables para el establecimiento de guarniciones para la vigilancia de la vía y el control del territorio recién conquistado.
Desde los tres campamentos se controlaban ambas vertientes de la cordillera.
Campamento de Ḷḷagüezos
El yacimiento se encuentra situado en el cerro homónimo, enclavado en el centro de la cordillera cantábrica, dentro del cordal de Carraceo en la sierra del Miriu. La mitad del campamento se encuentra en la provincia de León, Comunidad de Castilla y León y la otra mitad en Asturias. En la actualidad se continúan las investigaciones bajo la promoción de la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Villamanín.
Se trata de un espacio ocupado por diferentes recintos correspondientes a diversos momentos de ocupación, correspondientes por lógica a las campañas estivales de la conquista astur.
El campamento es un recinto cuyo perímetro supera el kilómetro que encierra una superficie cercana a las 8 hectáreas, de las cuales casi tres cuartas partes resultan aptas para el hábitat.
En todas las áreas prospectadas fueron recuperadas numerosas piquetas de tienda, así como instrumental y armamento militar romano; lo que avala la presencia de tropas establecidas en tiendas de campaña en todos los sectores aterrazados.
La excavación arqueológica abarcó parte del sistema defensivo, con resultados significativos, documentándose un sistema defensivo complejo consistente en un agger formado por un caballón con coraza de piedras y una posible empalizada no conservada, a pesar de que parecen haberse documentado dos posibles hoyos de poste.
La estratigrafía denota una secuencia de varias fases, con acondicionamientos del terreno y creación de una pequeña fosa de asentamiento o cimentación en el resalte exterior del sistema defensivo, así como la refortificación en un momento posterior.
La intervención sobre la zona superior del cerro, como ya se ha comentado más arriba, ofreció como resultado el extremo de un barracón petrificado de dimensiones considerables, cuya excavación no se completó al encontrarse la mitad del mismo en el Principado de Asturias.