Maqbara de Sancti Spiritus

La aljama abulense alcanzó una población que rondaba el 10% de los habitantes de la ciudad a finales del siglo XV. Quizá esto explique que las fuentes documentales (arqueológicas y escritas) nos indiquen la existencia de tres maqabir (cementerios islámicos).

El testimonio arqueológico directo y contundente de esta realidad lo ofreció la maqbara de San Nicolás, con más de 3000 sepulturas excavadas arqueológicamente, a comienzos del siglo XXI; los cientos de estelas funerarias islámicas, reutilizadas por toda la ciudad como elementos constructivos, constituyen el testimonio arqueológico indirecto; y la documentación escrita, con textos alusivos a los “onsaryos” de moros, nos aporta los datos necesarios para completar este paisaje funerario.

En este sentido, destaca la carta ejecutoria dada por la Real Chancillería de Valladolid el 4 de septiembre de 1504, que ponía fin al litigio sostenido entre el monasterio de San Francisco de Ávila y un nutrido grupo de moriscos vecinos de la ciudad (documento editado por Pablo Ortego). En dicha carta, entre otras cosas, se especifican los lugares en que los moros habían tenido sus cementerios y la adjudicación que se hizo de sus piedras (las estelas funerarias), con su valoración económica. Y se dice:

“(…) e a la piedra del onsaryo de Santespritos de que se fizo merçed a la yglesya de Santiago, apreçiado como se apreçió en quatro mill maravedíes (…)”

Aunque no hay evidencias arqueológicas directas de este cementerio, el documento no ofrece lugar a dudas, a lo que hay que añadir que la zona que rodea el antiguo monasterio premosntratense del Sancti Spiritus reúne condiciones para justificar la presencia allí de una maqbara: ubicación extramuros, junto a una vía de salida/entrada a la ciudad (puente del Grajal), existencia de estelas reutilizadas en las tapias de la zona y, sobre todo, inmediatez a la morería de las Vacas, donde teóricamente son apartados los moros a partir de 1480.

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