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Sardonedo es agua e intensos cultivos de remolacha, lúpulo, maíz y de grandes plantaciones de choperas. Sardonedo es agua y pesca, contando con uno de los mejores cotos de pesca de la provincia de León, que ya es decir mucho. El agua de la Presa Cerrajera lame el borde de sus casas. El pueblo se asienta en una terraza fluvial del río Órbigo. Es pequeño, alargado al compás de la manga de agua, de casas de dos plantas, labradoras y ganaderas.
Los Toros y sus Toreros recorren todas las calles de la localidad haciendo sonar sus cencerros. Prácticamente el pueblo lo constituyen dos largas calles paralelas, cortadas por otras transversales, que confluyen en la pequeña plaza de la iglesia.
Los Toros se conservan habitualmente en un local de la Junta Vecinal, próximo a la iglesia. Allí es donde se visten los Toreros y los que van a llevar los Toros, pues a lo largo del recorrido se intercambian los papeles para no cansarse con el armazón del Toro. En esta labor les ayudan algunas mozas, especialmente en el pintado de sus caras.
Al salir por las calles del pueblo, el Torero simula torear al Toro, hasta que aparece una moza, momento en el que el Torero corre a cogerla, para que el Toro simule cornearla o meterla entre sus cuernos; después, el Torero la pinta de rojo, como señal de que ha sido toreada. Antiguamente, el Toro lo que pretendía era levantarle las faldas con los cuernos, cuestión ahora prácticamente imposible, pues todas utilizan pantalones y, en cuanto a la pintura, antes se utilizaba carmín para pintar a los Toreros y era éste, rozando su rostro con el de la moza, como la pintaba -libertad impensable fuera del Carnaval-. Y así recorren todas las calles del pueblo, donde saben que quedan mozas solteras, para cumplir el ritual. Tras ello, vuelven a su local de salida y se da por terminada la celebración. Últimamente, para estimular a que asista algo de gente, la Junta Vecinal invita a todos los asistentes a un chocolate en la plaza, con el ánimo de que allí den una vuelta Toros y Toreros, rememorando lo que se hacía antiguamente.