LA VISITA
Antes de traspasar la puerta monumental de la valla de piedra que cierra el monasterio, se ha instalado una caseta de madera donde se puede obtener información sobre el propio monasterio, así como sobre los alrededores. Ya en el interior del cenobio, el centro de visitantes, donde se inicia la visita, se sitúa en el lado sur del claustro de la hospedería, que comienza observando este claustro para inmediatamente encaminarnos al claustro reglar. El de la hospedería se construyó en el siglo XVI, en estilo herreriano, y es de planta rectangular, con dos alturas y abierto al patio mediante arcos de medio punto flanqueados por columnas. En sus pandas se aglutinan salas usadas actualmente por la comunidad monástica, así como las relacionadas con la actividad de la Escuela de Capataces, que se desarrolla en las dependencias del monasterio.
La Exposición de Mariposas se encuentra en una de las salas anexas al claustro de la hospedería, en donde pueden adminrarse unos 3.000 ejemplares de mariposas, insectos y otros artrópodos procedentes de los cinco continentes.
Tras el recorrido por su galería sur, se accede al, también clasicista, claustro reglar, situado al este del primero y que se levanta al norte de la iglesia, disposición que está condicionada por la situación del Bajoz, que discurre por este costado y suministraba agua al monasterio. Es ésta una excepción en los monasterios cistercienses, puesto que la disposición habitual del claustro, es situarse al sur de las iglesias. Su planta es casi cuadrada, con 35 m de longitud en las crujías oriental y occidental y algo mayores la septentrional y meridional (36 m), se trata de una obra realizada hacia el primer cuarto del siglo XVI, que sustituyó al original, aunque las pandas conservan aun los elementos medievales, con excepción de la occidental, en las que estos, han sido sustituidos por una escalera monumental del siglo XVI que da acceso a las zonas altas del claustro de la Hospedería. En origen, en esta panda se localizaban las dependencias destinadas a las labores de los conversos pero todas ellas se perdieron, ya que en el siglo XVI, momento de la construcción de la escalera monumental, la presencia de población laica en los monasterios se había reducido mucho e incluso desaparecido, por lo que sus dependencias ya no eran útiles. En la panda sur se pueden ver varios arcosolios con arcos góticos, que fueron expoliados en el siglo XIX.
La visita llega, a continuación, a la panda oriental, la del capítulo, donde se visita en primer lugar la sala capitular, situada en la zona media de la galería. Se construyó en el siglo XIII y comunica con el claustro por medio de tres grandes vanos con arcos apuntados y muy moldurados, siendo el central el que da acceso a la sala. Al interior, presenta planta cuadrada dividida en nueve tramos mediante cuatro soportes centrales, de los que, los situados en el eje central son ligeramente más anchos. Todos los tramos se cubren con bóvedas de crucería cuatripartita.
Al sur de esta sala, nos encontramos con el armalorium, una pequeña estancia, la más antigua del monasterio, construida hacia 1170, de planta rectangular, cubierta de bóveda de crucería, que da acceso a la sacristía, mediante dos arcos de medio punto. La sacristía es de planta rectangular y cubierta con bóveda de arista. Por una puerta situada en su muro sur, se accede al templo.
En la iglesia, construida entre los siglos XIII y XV, observamos un edificio de planta de cruz latina con tres naves de seis tramos en el brazo longitudinal, siendo la central más ancha que las laterales y con el transepto perfectamente marcado, de una sola nave y dos tramos por brazo. La cabecera está compuesta por una capilla central con ábside semicircular precedido de un profundo tramo recto, y flanqueada por cuatro capillas, dos a cada lado, de testero recto las correspondientes al lado del Evangelio y la intermedia del de la Epístola, rectangular y mucho más desarrollada la extrema de ese costado. El transepto consta de cinco tramos que le confieren una mayor anchura que la nave. El tramo del crucero, de mayor anchura que los restantes, se cubre con cimborrio octogonal con ventanas en forma de arco carpanel entre los nervios de una bóveda estrellada.
La capilla de las Reliquias fue diseñada por Francisco de Praves en el siglo XVII para albergar las reliquias que guardaba el monasterio. Por la parte posterior del retablo hay un pequeño camarín en el que se puede contemplar una impresionante custodia de oro y plata en cuyo interior guarda la Santa Espina, una de las espinas de acacia que Jesucristo portó en su corona el día de su Pasión y Muerte. Se dice que es original, y que fue donada por Doña Sancha, que a su vez la consiguió del rey francés Luis el Joven, que era quien tenía la mitad de la corona.
Destaca la capilla funeraria, que se localiza en el ángulo formado por el crucero y la nave, en el lado opuesto al claustro, denominada «de los Vega», es una obra propia del gótico del siglo XIV, que muestra el afán desmesurado por la ostentación y la exaltación del linaje, propio del momento. El brazo longitudinal de la iglesia está formado por tres naves de seis tramos cada una, más ancha y alta la central que las laterales. Las naves están separadas entre sí por esbeltos y, al mismo tiempo, potentes pilares de núcleo cruciforme a los que se adosa una columna en los frentes y un codillo en las esquinas. La central, considerablemente más alta que las laterales, se cubre con bóvedas de crucería cuatripartita. Los arcos de separación, son apuntados y doblados. Las naves laterales se cubren con bóvedas de crucería cuatripartita y se iluminan a través de ventanas abiertas en cada uno de los tramos. Todas ellas presentan caracteres similares, si bien las del Evangelio son de medio punto y están cegadas por la construcción del claustro alto, y las del flanco opuesto son apuntadas.
En la nave de la Epístola, se abre la Capilla del Abad, de carácter funerario. Ocupando los dos tramos más occidentales de la nave central, se encuentra el coro que sitúa en alto, asentado sobre arcos rebajados y moldurados sobre medias columnas adosadas a los pilares de la iglesia. Esta ubicación es propia del siglo XVI ya que antes los coros se situaban en la nave central de la iglesia en el nivel de circulación, pero cortaban la visión del templo, hecho que propició que a partir del siglo XVI se situaran el alto, con lo cual también se establecía una diferencia clara entre los monjes y el resto de los asistentes al templo.
Texto “Guía del Císter en Castilla y León”, pp. 225-229.
(Arturo Balado Pachón y Consuelo Escribano Velasco)