Nombres
La falta de información, pero también la mala suerte, hacen que no se hayan podido rescatar demasiados nombres vinculados a la hechura y encargo de estos murales. Los archivos parroquiales principian sus registros documentales en época muy posterior a la realización y pago de las pinturas, eso cuando no han perecido. Pero, además, el estado fragmentario de algunas inscripciones visibles, alusivas a la naturaleza del encargo, impide hacer hipótesis razonables.
Con absoluta certeza tan sólo podemos hablar de don Gonzalo del Barco, cura beneficiado de la iglesia de San Pelayo de la Guareña, promotor de la reforma arquitectónica del edificio y todo apunta que también de la parte ornamental. En las pinturas reconocemos su monograma y sus armas heráldicas.
Una inscripción recogida en el testero de la ermita de Villaseco de los Reyes, ratifica que los murales fueron concertados por varios hermanos de la cofradía de Nuestra Señora de los Reyes, uno de ellos atendía al nombre de Saul.
En Villargordo son varios los nombres que figuran en las inscripciones que circundan sus pinturas, entre ellos los de Baltasar Martín y Paulo Pinto. Este último con la duda, a falta de tilde, de si se trata de un apellido o si se refiere a la acción de pintar y, por tanto, a su autorreconocimiento como uno de los autores del conjunto.
En la vecina Villarmuerto se nos habla de Bartolomé Francisco, fraile, pero también de otros personajes, uno de nombre perdido, pero apellidado De la Corredera, otro de nombre Martín y apellido desconocido y un tercero llamado Francisco Sánchez. La abundancia de nombres y la pérdida de su contexto alienta las suposiciones de todo tipo.