Con una azarosa historia, Fernandiel es hoy propiedad del pueblo en que se enclava, aunque a lo largo de los siglos pasó por distintas manos. Ese complejo proceso parece haber dejado también huella en sus muros, que muestran una constante evolución constructiva desde sus orígenes, allá por el siglo XIII. De esta época se mantienen vestigios pese a su reconstrucción entre los siglos XV y XVI. Posee planta alargada, cabecera cuadrangular, nave única dividida en dos tramos y espadaña barroca a los pies.
A pesar de no ser una obra de inusitada calidad artística, sus murales tienen una singular importancia frente al resto de conjuntos, dada su recóndita situación, su estado de conservación y que forman el mayor conjunto conservado en la comarca de Sayago. Pero es que, además, desarrollan un complejo e interesante programa iconográfico. Se extienden por toda la cabecera, arco de Gloria y muros del primer tramo de la nave.
En el primer ámbito es la parte más interesante del conjunto. El frente reproduce un retablo fingido de estilo tardogótico con escenas de la vida de la Virgen, aunque parcialmente oculto por un retablo de talla, flanqueándose a los lados por telones colgantes y dos grandes tondos que escenifican al apóstol Santiago en la Batalla de Clavijo y a San Ildefonso, acompañados de ricos motivos ornamentales a base roleos, cornucopias y animales fantásticos. En los muros contiguos se dispusieron dos órdenes de hornacinas separadas por columnas y pobladas por sendas “procesiones” de personajes del Antiguo y Nuevo Testamento (profetas, padres de la Iglesia, Reyes, Evangelistas…), identificados en su mayoría por filacterias o inscripciones con su nombre.
El arco de Gloria se articula en dos registros, el superior con motivos decorativos renacientes similares a los del testero, y bajo ellos cobijados por doseles dos escenas, a la derecha Santa Ana, la Virgen y el Niño y a la izquierda Santa Brígida.
Finalmente en la nave se desplegaron sendos ciclos de escenas evangélicas, como la Última Cena o el Abrazo de San Joaquín y Santa Ana, acompañadas de parejas de santos y santas.