La minería ha marcado profundamente la historia de León desde hace más de 5.000 años. El cinabrio y el cobre en la Prehistoria, el oro en época romana, el hierro en la Edad Media… Hasta los proyectos siderúrgicos de mediados del siglo XIX y principios del XX y la entrada en escena de nuevas sustancias como el cobalto, el wolframio o el antimonio, junto con las grandes explotaciones actuales de hierro, carbón, talco y rocas ornamentales.
Toda la actividad minera ha modelado la personalidad de León, sus movimientos poblacionales, los conflictos sociales, los logros sindicales y el mestizaje de culturas, que hacen de la minería un punto de referencia obligado en la historia leonesa.
El secreto de tal riqueza en materias minerales está ligado a una tortuosa y accidentada historia geológica que, a lo largo de cientos de millones de años ha ido moldeando el relieve hasta configurar el paisaje actual.
• Hace 400-500 millones de años se formaron niveles estratiformes de minerales de hierro vulcano-sedimentario, que llegan a alcanzar varios metros de potencia y decenas de kilómetros de extensión.
• Durante el Carbonífero, (350 millones de años), la climatología favorece que se desarrollen importantes acumulaciones de materia vegetal, origen de las capas de carbón repartidas en varias cuencas sedimentarias en el norte y oeste de la provincia.
• En la orogenia Hercínica (300-350 millones de años), durante etapas geológicas de intensa actividad tectónica se forman filones y acumulaciones de minerales, las menas metálicas de oro, cobre, cobalto… que serían aprovechadas a lo largo del tiempo.