La parroquia de San Pelayo no encaja dentro del modelo habitual visto en las iglesias de esta ruta, pues de entrada fue construida en la segunda mitad del siglo XII. No obstante, también hay que decir que de aquel edificio románico sólo se ha conservado la capilla mayor que, como el resto del edificio, no ha sido ajena a las reformas posteriores. Pese a todo constituye uno de los ejemplares románicos más importantes de la provincia.
La nave se rehízo por completo en el siglo XVI y fruto de esa intervención serán también las pinturas murales que hoy –aunque muy maltrechas– conservamos principalmente en el arco de Gloria de la iglesia. Asentados sobre sendas repisas pétreas descubrimos dos retablos fingidos de idéntica tipología, pero con distinto relato iconográfico. Mientras el de la izquierda se centra, fundamentalmente, en la Infancia de Cristo, su pareja, prioriza los temas pasionales. Especialmente interesante es que ambos se desligan del resto de conjuntos de la ruta, al presentar unos retablos de distinta tipología, con arcos conopiales y una mazonería que transita entre el gótico y el renacimiento.
El de la izquierda, recoge escenas como la Anunciación, Visitación, Nacimiento, Calvario o Llanto sobre Cristo muerto, todo observado por la figura de Dios Padre. Haciendo "pendant", en el lado contrario reconocemos, no con poco esfuerzo, la Oración en el huerto, Camino del Calvario, Resurrección y la efigie de San Antón abad.
Un tercer panel se ubica en la nave, concretamente en el muro del Evangelio y haciendo ángulo con el primero de los retablos descritos. Se trata de una imagen aislada, sin marco alguno y cuya identificación viene corroborada por una cartela que reza: “SA[N]TA MARIA DE FRA[N]ÇIA”, advocación mariana a la que se rinde culto en el santuario dominico situado en la cima de la Peña de Francia, en el término de El Cabaco (Salamanca). A los pies de la Virgen aparece un curioso monograma que creo pertenece a don Gonzalo del Barco, cura munificente que pudo costear parte de la reforma del edificio y acaso también estas pinturas, y cuyos restos mortales descansan aún hoy en ella.