PINTURA MURAL DEL SIGLO XVI EN LA PROVINCIA DE SALAMANCA FOCO NOROESTE

Repertorio

La peculiaridad de estos murales demanda la puesta en juego de otros valores que sirven para explicar su verdadera realidad e importancia. Acaso el primero sea la ubicación de dichas pinturas, su posición dentro de las ermitas e iglesias que las contienen. En estos templos, edificados mayoritariamente ex novo en la bisagra del siglo XV al XVI –y conforme a unas características comunes– tendieron a ocupar la mayor superficie posible, ajustándose a las posibilidades arquitectónicas y a la economía de sus fábricas. Hoy, pasados por el tamiz de los siglos, ocupan en buena parte de los casos lugares próximos a la cabecera. Excepcionalmente saltaron al exterior de las iglesias, como ocurre en Villaseco de los Reyes.

Si algo caracteriza estas pinturas es su carácter de trampantojo, de simulación o engaño visual, sobre todo cuando ocupan el testero de los templos, pues adquieren forma de retablo de diversa tipología y ornatos, aunque siempre transitando entras las modas del último gótico y los comienzos del renacimiento. En los muros laterales forman escenas, encuadradas por pilastras o marcos fingidos. Y una rara avis es la bóveda pintada en Aldeadávila de la Ribera, si bien su cronología es sensiblemente más tardía.

Aunque resulte una obviedad hay que decir que la temática fundamental de estas pinturas murales es de carácter religioso. En cuanto a su iconografía, tres son los bloques principales que nos permitirán su clasificación: las escenas de la Vida de la Virgen, los pasajes de la Infancia y Pasión de Jesús y los variadísimos y abundantes asuntos de índole hagiográfica (vidas de santos).