Clovnioqvm, un oppidum arévaco en la frontera con los vacceos
El oppidum o población fortificada arévaca de Clovnioqvm (siglos IV al I antes de Cristo) y la Colonia Clunia Sulpicia (siglos I al V después de Cristo) representan la continuidad de la ocupación de este territorio durante la Edad del Hierro y la época romana. Ambos asentamientos se situaron en sendos cerros separados por el río Arandilla, que discurre encajonado entre ambos. Su estratégica posición permite un control directo de las zonas de producción y de los pasos que se abren hacia todas las direcciones.
Las fuentes clásicas, desde Plinio a Orosio, han dejado escasas noticias sobre el oppidum, al que la investigación arqueológica también ha prestado poca atención. Varios autores (Narciso Sentenach, Ignacio Calvo, Saturio González) han especulado sobre su ubicación, si bien fueron las investigaciones de José Antonio Abásolo y José David Sacristán las que determinaron el emplazamiento de la Clunia indígena –Clovnioqvm– en el Alto del Cuerno.
En los años sesenta los alumnos de la escuela municipal de Quintanarraya realizaron una cata en Los Castillos, un lugar cercano al alto, descubriéndose la esquina de un muro construido con sillarejos, dando a este sitio el nombre de “la torre de la puerta”. El sondeo arqueológico programado en 2017 se ha centrado en establecer la realidad de esta construcción, comprobándose que el muro y su esquina definen una estructura arquitectónica compleja, levantada para aislar el Alto del Cuerno frente a posibles ataques y que forma parte de la compartimentación defensiva interior del oppidum, en la línea norte-sur.
Según las crónicas, Clovnioqvm fue atacada dos veces: Pompeyo sitió a Sertorio en el año 75 antes de Cristo, y Metelo Nepote volvió a sitiarla 20 años después, en la Guerra Vaccea. Ninguno la conquistó, pero nos dejaron el rastro de su presencia en los campamentos. Los seis descubiertos hasta el momento pertenecen al sitio de Nepote, de acuerdo con la tipología de los materiales encontrados. La relación establecida entre los campamentos republicanos, los textos clásicos y la proximidad de la Clunia romana es la prueba arqueológica definitiva que permite fijar la ubicación exacta de Clovnioqum, el oppidum que Plinio el Viejo señaló como la Celtiberiae finis, es decir, límite de la Celtiberia.