Es un edificio de origen románico, modificado a lo largo del tiempo: fábrica de sillería, cabecera rectangular posiblemente recrecida, con la sacristía adosada a la misma en el lado Sur, y nave de tres tramos con la misma anchura de la cabecera.

Fruto de una intervención reciente que pretendía desencalar los muros se descubrieron pinturas en torno a la cabecera y primer tramo de la nave. En algunos puntos, ocultos tras los retablos, aún aparecen murales parcialmente cubiertos por encalados. En el conjunto de las pinturas conservadas, podemos llegar apreciar la existencia de varias capas pictóricas, diferenciadas en algunos puntos, realizadas en momentos distintos sin que podamos precisar la diferencia cronológica. Se trata en general de pinturas con características de estilo propias del siglo XVI, aunque con pervivencia de elementos goticistas.

Las pinturas cubren casi la totalidad del testero. Y sobre un repetitivo fondo de paralelepípedos en perspectiva y cenefas realizadas a plantilla se disponen grandes imágenes de San Miguel Arcángel pesando las almas y alanceando al demonio y de Santiago el Mayor ataviado como peregrino. En los muros laterales de la capilla constan paños decorativos con motivos vegetales alternando su policromía y en su tercio inferior una decoración geométrica similar a la del testero. Ambos registros separados por una ya ilegible inscripción.

En el primer tramo de la nave los murales son más fragmentarios. En el lado de la Epístola resta parte de un Calvario (figura de San Juan) y unas bandas decorativas a modo de paños colgantes con motivos vegetales. Mientras, en el costado contrario, en una ubicación común al tipo de representación, se pintó, como en otros ejemplos de la comarca, una imagen de gran devoción popular: San Cristóbal. De grandes dimensiones, vadea un rio y sostiene sobre su hombro izquierdo la figura del Niño Jesús, mientras que con la diestra se ayuda de un árbol que le sirve de cayado.

Un último resto se ubica en el muro del Evangelio del segundo tramo de la nave. Sus elementos figurados y policromías no se pueden contemplar con facilidad al encontrarse tras el retablo.