Mejorar el estado nutricional de las alumnas y alumnos de centros de educación especial y de discapacidad sensorial a través del incremento, diversificación y estabilidad alimenticia así como el acceso al transporte, curso 2019-2020
La población refugiada saharaui lleva viviendo en los Campos de Refugiados de Tinduf, Argelia desde hace 43 años. Debido a las duras condiciones, la población permanece en una situación de extrema vulnerabilidad y totalmente dependiente de la ayuda internacional para cubrir sus necesidades más básicas.
La escasez de una alimentación variada y rica en nutrientes hace necesario asegurar el acceso al menos a dos comidas diarias de las niñas y niños que asisten a los centros de educación especial (CEE) y de discapacidad sensorial (CDS).
Las largas distancias, el mal estado y la falta de pavimento de las calles dificultan el movimiento de los escolares, de ahí la necesidad de un medio de transporte que les facilite el poder acudir solos y sin ningún tipo de riesgo.
La intervención se enmarca dentro de los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) donde cerca de 173.600 personas según datos de ACNUR (marzo de 2018), llevan cuatro décadas viviendo en condiciones de pobreza y vulnerabilidad en la hammada argelina y con una dependencia prácticamente absoluta de la ayuda internacional. El proyecto pretende abordar, entre otros aspectos, las principales vulnerabilidades alimenticias producidas por la condición de refugio prolongado en la cual se encuentra la población saharaui desde el año 1975.
El proyecto tiene como objetivo mejorar la calidad nutricional y facilitar el transporte de los estudiantes que acuden a los centros de educación especial y de discapacidad sensorial situados en los Campos de Refugiados Saharauis de Tinduf (Argelia).
En las condiciones precarias y de hostilidad ambiental que se encuentra la población refugiada saharaui, la seguridad alimentaria tiene un rol fundamental en la gestión de reducción de riesgos, disminuyendo infecciones, enfermedades y problemas de salud a largo plazo (anemia, retraso en el crecimiento, malnutrición, etc.).
La intervención estará enmarcada en dos líneas:
Asegurar el acceso a dos comidas diarias, de las niñas y niños que asisten a los centros, a través de la distribución de alimentos, fomentando los buenos hábitos alimentarios, en colaboración con las autoridades competentes, así como con los padres y madres de los escolares beneficiarios.
Asegurar el acceso de los alumnos a los centros de educación especial, facilitando el combustible necesario para los vehículos encargados de este fin.
Población beneficiaria directa:
Titulares de derechos: Los escolares, educadores y equipo de gestión de los centros de educación especial y discapacidad sensorial de las 5 Wilayas en las que se reparte la población refugiada saharaui.
Número de beneficiarios directos 276