Contexto de actuación:
Mozambique ha hecho una transición significativa en las últimas décadas pasando de ser un país devastado por la guerra a un régimen democrático con una tasa de crecimiento económico promedio del 7%. Este entorno macroeconómico ha atraído una gran inversión extranjera al país, a través de megaproyectos en diversos sectores, cuya contribución final a nivel de PIB es inferior al 1%. Además, son varios los impactos sociales y medioambientales que han provocado en el entorno. Por tanto, el crecimiento macroeconómico no está consiguiendo reducir la pobreza, por el contrario, está aumentando la brecha de ingresos y la estratificación social, perpetuando la pobreza y agudizando las problemáticas socio-ambientales.
Según el Índice de Desarrollo Humano (PNUD, 2016), Mozambique ocupa el lugar 181 de 188 países y cuenta con un 70% de su población en situación de Pobreza Multidimensional. El país cuenta con una población total de 25,3 millones de habitantes, el 68% viviendo en zonas rurales, y una esperanza de vida de cerca de 50 años. La vulnerabilidad en el país se ve agravada por factores socio-económicos negativos que prevalecen como la elevada tasa de VIH, la inseguridad creciente y el crecimiento de las tendencias demográficas.
El reciente conflicto por la explotación de los recursos naturales, la centralización del poder, la corrupción y clientelismo y un proceso de desarme y reconciliación incompletos han provocado el surgimiento de una crisis político-militar en Mozmabique con la reactivación del conflicto armado entre las Fuerzas de Defensa y Seguridad del Estado y la RENAMO (fuerza opositora) desde finales de 2012, afectando principalmente a la zona centro del país y provocando la pérdida de vidas civiles y militares así como la proliferacion de miles de refugiados. Durante todo el año 2016 se ha llevado a cabo un proceso de diálogo de paz entre las partes declarándose el cese del fuego pero Mozambique continua afectado por otras problemáticas como su gran exposición a múltiples peligros relacionados con el clima, sufriendo ciclos de sequías, inundaciones, epidemias y consecuencias de los cambios climáticos actuales.
Descripción de la intervención:
El proyecto pretende aumentar la resiliencia y la Soberanía Alimentaria y Nutricional frente a los cambios climáticos de 300 familias residentes en 7 comunidades rurales de zonas vulnerables del país, por medio de sistemas de producción agropecuaria mejorada, el fortalecimiento económico y social, el empoderamiento comunitario y la implicación institucional.
El abordaje de la intervención en multidimensional y tiene como eje principal la promoción de la agricultura a pequeña escala y la agroecología como estrategias de éxito para la soberanía alimentaria. El proyecto pretende contribuir también en mejorar los conocimientos, prácticas y hábitos de alimentación adecuada, cuidados e higiene saludables de las mismas familias. Las acciones están orientadas a mejorar el Derecho Humana a la Alimentación así como otro Derechos Humanos vinculados.
Objetivos:
Contribuir para la protección de los Medios de Vida de los pequeños agricultores y sus familias en zonas vulnerables de las provincias de Maputo e Inhambane
Población beneficiaria directa:
Titulares de derechos: 300 personas (222 mujeres)
Modalidad de cooperación:
Cooperación económica no reembolsable
Sector de intervención:
Soberanía alimentaria
Fecha de concesión:
3 de noviembre de 2017
Período de ejecución:
1 de noviembre de 2017 a 28 de febrero de 2019
Localización geográfica:
Entidad beneficiaria:
Cáritas Diocesana de Burgos
Socio local:
Cáritas Diocesana de Maputo
Coste total del proyecto:
299.989 €
Financiación concedida por la JCyL:
129.782 €