La cultura de “los verracos”, abarca las provincias de Ávila, Cáceres, Salamanca y Trâs-os-Montes, en Portugal, es decir, ocupa el territorio de los antiguos pueblos Vettones y Lusitanos, siendo su seña de identidad.
Los verracos son esculturas animales realizadas en granito sin mucho detalle que suelen representar toros, cerdos o jabalíes. Se encuentran siempre de pie y el tamaño varía de unos a otros, desde el medio metro a los tres metros de longitud.
Existen más de 430 verracos coincidiendo con el territorio de Lusitanos y Vettones y, dependiendo la clase de cerdo o toro que se represente se interpreta como un estilo distinto, perteneciendo a diferentes talleres regionales.
El modo de realizar los verracos tenía varias fases:
La función por la que se tallaban los verracos no está del todo clara, pero se cree que servían para:
De estas ideas podemos resumir que los verracos se tallaban con función protectora, bien de los pastos, bien del ganado o bien de los muertos.