Los Vettones tenían un carácter guerrero, pero también estaban dedicados a la ganadería y al cultivo de cereales en los campos cercanos a sus viviendas, con una organización muy familiar. Su ocupación se dividía además en otras actividades como la artesanía o el comercio, aprovechando la creación de nuevas rutas comerciales.
El uso del hierro era importante para ellos, porque con él realizaban aperos de trabajo, pero fundamentalmente lo utilizaban para la fabricación de armas.
El armamento de los Vettones principalmente era de carácter ofensivo y para ello utilizaban las espadas, lanzas o dagas, con las empuñaduras decoradas. El material defensivo era menor y se reducía a casco, algunas placas para proteger el pecho y escudos.
La sociedad vettona estaba muy jerarquizada. Existía una gran desigualdad entre los diferentes sectores sociales y eso se mostraba tanto en la manera de ordenar los poblados como en la de distribuir los recursos disponibles.
El orden social tenía una estructura piramidal, coronada por los militares y guerreros, continuando por los artesanos, alfareros, carpinteros o herreros y la base se formaba con el sector más humilde, los dedicados al proceso productivo como la ganadería, la agricultura, o la construcción, tanto de poblados como de la defensa de los mismos.
La manera de vestir era muy similar para los Vettones pero existían diferencias de ropaje dependiendo el orden social. Evidentemente, no vestía igual un ganadero que un guerrero.
La indumentaria genérica de los hombres era la capa (sagum), la túnica corta con mangas y el pantalón. El pelo normalmente lo llevaban largo y suelto y se lo recogían con una cinta para luchar en los combates.
En las mujeres se distinguían dos tipos de vestimenta diferentes, seguramente relacionadas con las estaciones del año. La primera era una túnica larga y un velo que cubría la cabeza con el pelo recogido y la segunda, una túnica a media pierna, con una sobrefalda encima, decorada con cenefas.
Los Lusitanos centraban su actividad en la ganadería y el pastoreo practicando la trashumancia, moviéndose de unos campos a otros y complementada con la agricultura de cereal. También cazaban y pescaban, pero lo que les hizo famosos fue la cría de caballos, ya que los entrenaban para que fueran ágiles, fuertes y tuvieran gran velocidad. El comercio de los metales era otra de sus actividades, dedicados sobre todo al plomo y la plata. Para llevar a cabo este comercio, fabricaban barcos con troncos de árboles y cuero con los que bordeaban las costas portuguesas.
Tenían un idioma propio establecido como una lengua prerromana, documentada por 5 inscripciones tardías que se conservan y por muchos topónimos (nombres de lugares) que se refieren a nombres de dioses que tenían que ver con Lusitania.
Su carácter era más guerrero y rebelde que el de los Vettones. Practicaban deportes y entrenaban mucho para prepararse para los combates. Sus armas más utilizadas eran la jabalina, la espada de doble filo, el puñal y la honda y llevaban un equipo muy ligero de protección, apenas un pequeño escudo y un casco, que les facilitaba moverse más rápido.
Algunos se organizaron en guerrillas, grupos pequeños de combatientes que realizaban ataques pequeños y rápidos pero contundentes contra enemigos de mayores dimensiones.
Vestían de negro usando tejidos ásperos y pesados, utilizando prendas compuestas por diversas piezas cosidas, atadas y abotonadas. Las mujeres usaban túnicas de colores bordadas y llevaban collares y brazaletes.
Se agrupaban en tribus formadas por familias y cada una tenía su propio nombre y territorio. Todas las tribus tenían un jefe, que normalmente era guerrero.