Los Vettones eran muy religiosos y su devoción estaba relacionada con la naturaleza, adorando al Sol, la Luna y a los animales. En sus ritos funerarios, existen dos tipos de enterramientos:
La inhumación, o enterramiento en sepultura. Se enterraban en la tierra y se depositaba encima una o varias losas de piedra, denominadas túmulos.
La incineración, tras la cual depositaban las cenizas en vasijas de barro y se enterraban junto a ajuares.
Ambos ritos se realizaban en las necrópolis, lugares de enterramiento frente a los castros pero ya fuera de ellos, normalmente cercanos a corrientes de agua.
En las necrópolis se mostraba la importancia de los guerreros en esta cultura. Se enterraban con objetos como armas y otros objetos vinculados siempre con la vida del difunto.
Los Lusitanos adoraban a varios dioses como a Endovélico, que representaba al sol y a la salud o Atégina, que era la diosa de la naturaleza. Practicaban cultos en altares tallados en las rocas, y realizaban sacrificios humanos y animales en honor a sus dioses.
Todos estos ritos se realizaban por la figura de sacerdote, que dirigía éstos rituales.