Vida y usos del jardín y el bosque

La Mata do Bussaco ya era un bosque importante cuando se instalaron los carmelitas descalzos como lugar de vida, oración y retiro espiritual, transformándolo para que representara el Monte Carmelo.

Llevados por el fervor religioso, en 1644 construyeron el Vía Crucis de más de tres kilómetros y veinte capillas. Para reforzar su parecido con Jerusalén decidieron plantar numerosos cedros que, sin embargo, no son cedros sino cipreses (Cupressus lusitánica) que provienen de las montañas de México, y fueron traídos por los navegantes portugueses.

En 1730 añadieron más ermitas y capillas entre la espesura del monte, lugares donde los monjes se retiraban buscando el completo aislamiento, siendo unas de penitencia como las de Santa Teresa, San José o San Miguel y otras simples capillas de devoción, como las de San Juan de la Cruz, San Pedro o María Magdalena.

Tras la exclaustración de 1834 la Mata perdió su función religiosa y, con la construcción del Palacio, los jardines pasaron a tener una orientación ligada al lujo y a la comodidad. La vocación espiritual de los jardines se impregnó del sentir romántico de la época y, a tal efecto, se diseñaron nuevas fuentes, jardines, cascadas y lagos, que creaban escenografías paisajísticas  singulares y efectistas.

 

 

(0560_JARCULTUR_3_E) DEL PROGRAMA INTERREG ESPAÑA-PORTUGAL 2014-2020. Programa INTERREG V-A de Cooperación Transfronteriza España-Portugal, POCTEP 2014-2020.

Vida y usos del jardín y el bosque