Pintura mural del siglo XII del Convento de las Dominicas de Santo Domingo el Real de Segovia
Son pocos los datos documentales y arqueológicos de que disponemos sobre la ciudad de Segovia entre los siglos V y XI. Aun así podemos confirmar que continuó siendo un núcleo poblado tras la crisis del Imperio romano.
El avance de la reconquista la sitúa en una zona de frontera, sometida tanto a ataques de musulmanes como al poder cristiano, quedando englobada en la denominada Extremadura castellana, situada entre el Duero y el Tajo y conquistada por el reino de Castilla durante los siglos XI y XII. La situación de inestabilidad de estos territorios cambió radicalmente con la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085. Una vez consolidados, el rey ordena "reparar" y poblar los lugares que se encontraban destruidos o desamparados al sur del Duero. El conde franco Raimundo de Borgoña fue el encargado de repoblar las principales ciudades castellanas del sur: Ávila, Salamanca y Segovia en 1088, entendiendo estas ciudades como polos de desarrollo urbano y centros de colonización del espacio circundante, que quedarán organizadas bajo el sistema de comunidades de Villa y Tierra.
El desarrollo económico vinculado a la lana
La Cañada Real a su paso por Segovia. Señalización y vista de los restos del Esquileo de Santillana
El urbanismo de la ciudad entre los siglos XII-XVI
A finales del siglo XI e inicios del XII, durante la repoblación, se construye la muralla que hoy conocemos. Esta se levanta a media altura de la peña caliza, tiene 3406 m de longitud y en su origen contaba con cinco puertas y ocho postigos, quedando hoy en día cuatro de cada tipo. Aunque existieron otras casas fuertes como la de las Cadenas, el palacio del marqués de Lozoya o la Casa del Sol, hoy día Museo de Segovia, la gran fortificación militar es el Alcázar. La referencia escrita más antigua de este baluarte data de 1122 y su construcción debió ser coetánea a la de la muralla. Su aspecto actual es fruto de numerosas ampliaciones y remodelaciones realizadas hasta el siglo XVI y de la importante restauración efectuada tras el incendio que sufrió en 1862.
La construcción de edificios religiosos fue realmente fecunda en estos siglos. En el interior del recinto amurallado se levantó un importante conjunto de iglesias románicas. Las que actualmente se mantienen en pie son: San Andrés, San Esteban, San Juan, San Martín, San Nicolás, San Quirce, San Sebastián y la Santísima Trinidad. En los arrabales encontramos otros 12 templos que pueden ser hasta 18 si sumamos los seis de los que tan solo nos han llegado noticias.
Esquema cronológico de la iglesia de San Juan de los Caballeros,
según excavación de Alonso Zamora Canellada en 1975
Vistas de la muralla en el Arco de San Cebrián y del Alcázar con la torre de la Catedral al fondo
La judería, el canal soterrado del Acueducto y torre del palacio de los Arias Dávila