Los Corral pertenecieron a la misma corriente manierista expresiva que predominaba en el segundo tercio del siglo XVI en Castilla, aunque lejos de reconocer un estilo homogéneo en su obra, lo cierto es que varía en función del ámbito geográfico para el que trabajaban. Todo apunta, pues, a que contaron con un gran taller de colaboradores tallistas y decoradores. Sólo así pudieron hacer frente a la importante cantidad de obras contratadas en un arco temporal tan limitado y la laboriosidad de las mismas. Más difícil será saber si los modelos eran suministrados por los Corral o si procedían directamente o través de dibujos de estos maestros subcontratados, cuyos nombres tan sólo han empezado a aflorar: Maestre Mateo de Bolduque, Pedro de Bolduque, Antonio Martínez o Manuel Álvarez.

Su repertorio decorativo es fácilmente reconocible. Además de repetitivos medallones y cartelas con bustos de personajes, la mayoría inidentificables, abundan los motivos de influencia italiana y francesa: órdenes antropomorfos, estípites, draperies o trapos y cintas colgantes, mascarones, tarjas de cueros recortados, grutescos, microarquitecturas…