Colegiata de San Luis. Villagarcía de Campos (Valladolid)
La Colegiata se presenta como un ejemplo idóneo de monumento para el desarrollo del proyecto. Se elige como representante de una tipología de templo en ámbito rústico, de grandes dimensiones y uso garantizado pero intermitente. Ha sido elegido por la pureza espacial y estilística del edificio, por ser un contenedor con una variada y rica muestra de bienes muebles, y por ser un referente internacional en el ámbito arquitectónico de la tipología prototípica del templo jesuítico clasicista.
Inmueble declarado «monumento histórico-artístico» con «carácter nacional» en 1983.
La iglesia se dedica en su mayor parte al culto religioso, siendo este destinado por un lado al público en general de la iglesia y por otro a los residentes en la capilla del noviciado. El resto de las dependencias tienen un uso museístico, con entrada gratuita para los visitantes.
Estos usos hacen que confluyan tres tipos de usuarios: personas de la localidad que acuden a los cultos religiosos; personas pertenecientes a la orden o que pernoctan en la residencia anexa y que
acuden a los cultos en la capilla del noviciado; y personas que visitan las dependencias del museo, concebido principalmente para el público en general. La afluencia de visitantes está garantizada ya que la localidad tiene varios reclamos turísticos de ámbito patrimonial, suficientemente divulgados.
Plantea unos retos específicos, ya que obliga a enfrentarse al acondicionamiento de un gran espacio, a la vez que al de otras estancias más limitadas y con diferentes requerimientos de uso y de control de los parámetros higrotérmicos.
El edificio se caracteriza constructivamente por tener unas instalaciones anticuadas – como se manifiesta en el suministro eléctrico de 125 V – y no reformadas, encontrando como muestra de ello unos cerramientos en no muy buen estado.
El gasto energético se centra únicamente en el consumo eléctrico debido en exclusiva a la iluminación, la cual se resuelve mediante focos halógenos metálicos y fluorescentes, aunque estos se encuentran en proceso paulatino de cambio a led. No existe climatización, salvo en la pequeña capilla del primer piso.