Tras la extinción de las Órdenes Religiosas la Reina Maria Pía decide construir un palacio que finalmente se materializó gracias al ministro Emídio Navarro muy vinculado con Bussaco, este se proyectó en 1886 por Luigi Manini y se inauguró en 1907.

De estilo neomanuelino, se inspira en la Torre de Belén y en el claustro del Monasterio de los Jerónimos de Lisboa. La decoración escultórica y la azulejería siguen el estilo revivalista/romántico, buscando inspiración en los descubrimientos portugueses y la obra literaria de Luís de Camões (Os Lusíadas) y las guerras Peninsulares, destacando la Batalla de Bussaco.

Actualmente funciona como hotel de lujo.

La Mata fue donada en 1628 a la Orden de los Carmelitas Descalzos para la construcción de su “Desierto”. Fue construido en 1630 y comenzó la vida monástica regular ocupándolo hasta 1834 cuando se decreta la extinción de las Órdenes Religiosas. Son peculiares de su estilo la decoración con sencillos mosaicos de embrechados de las fachadas y el uso generalizado del corcho en estructuras, marcos de ventana y cielorrasos. La iglesia mantiene la pureza del barroco en las diferentes capillas y altares.

Con la construcción del Palacio, se destruyeron las estructuras conventuales anexas al claustro.

Construido en 1886 en él destacan los laberintos de seto de boj dibujando una rosa y parterres con plantas decorativas entre los que surgen fuentes y estanques, siguiendo la tradición romántica de los jardines palaciegos ingleses.

Trazado en el 1644, se construyó a imagen del Vía Crucis original para asemejarse a la ciudad santa de Jerusalén, diseñado para representar las ubicaciones associadas a los pasos de la Pasión de Jesucristo. El bosque autóctono es tratado por los carmelitas para representar el Monte Carmelo. Surge desde las inmediaciones del Palacio Hotel hasta la Cruz Alta, en el Adernal recorriendo caminos serpenteantes y escalonados de más de tres kilómetros entre una vegetación exuberante con más de 250 especies de árboles y arbustos, ermitas, capillas y miradores.

Es la especie más “célebre” de la Mata, ya que es la primera especie exótica introducida en Bussaco. Su plantación se remonta a 1644, aunque algunos autores sostienen que su introducción es anterior a esa fecha. El cedro más “célebre es el Cedro de San José y tiene unos 32,9 m de altura y 5,43 m de PAP. Es originario de Méjico.

Ocupa alrededor del 70% del bosque, y es donde se ha producido la mayor reforestación iniciada por los carmelitas en el siglo XVII con especies autóctonas, excepto por la introducción de los cipreses (Cupressus lusitanica) que solicitaron expresamente y se han convertido en el emblema del bosque. Uno de sus ejemplares más notables, es el "Cedro de San José", llamado así por haber sido plantado junto a la ermita del mismo nombre en 1644. A mediados del siglo XVIII se empezaron a introducir especies foráneas como cedros, abeto douglas, araucarias, sequoyas y eucaliptos.

Formación vegetal de plantas nativas con tres hábitats diferentes, el del Roble, el del Laurel y el del Adernal.

Es una reliquia excepcional de bosque primitivo que solo se conserva aquí, debido a un microclima particular (mediterráneo pero con una fuerte influencia atlántica) y escasa intervención humana. El aderno adquiere un tamaño arbóreo dominante.

Está situado en el punto más alto de la sierra de Bussaco, desde el cual se puede contemplar el Océano Atlántico.

Creado en 1887, en él encontramos ejemplares de helechos de porte arbóreo.

Creado en 1887 se encuentra rodeado de plantas exuberantes y con una pequeña isla a la que se accede por un puente de madera, poblado por aves y numerosos peces (carpas).

Se trata de una espectacular cascada construida por los carmelitas y restaurada en la misma época que el Jardín Nuevo (1886), que salva un gran desnivel a la vez que encauza uno de los numerosos arroyos que hay en el entorno. Restaurada en el s.XIX.

Fuente termal cuyas aguas proceden de un manantial situado debajo de la capilla de Nuestra Señora de la Concepción.

Recuerda la Batalla de Bussaco (1810), en la que lucharon tropas francesas (napoleónicas) contra las portuguesas e inglesas, con la victoria de estas últimas.

El Convento de Bussaco fue utilizado como base de operaciones y alojamiento del Duque Wellington, se dice que ataba su caballo al olivo situado frente a este y que desde entonces se denomina olivo de Wellington.

Construido para conmemorar la batalla de Bussaco está construido de una sola piedra y en su parte superior hay una estrella con puntas de cristal.

Es la más destacada y la más antigua de las once que puertas dan acceso a la Mata a través de su muralla.

Esta puerta fue construida en el sXVII siendo la antigua entrada al desierto, en ella están grabadas en piedra dos bulas papales. En la primera, el Papa Gregorio XV en 1622, prohibía la entrada a las mujeres a los conventos carmelitas, con amenaza de excomunión. En la segunda, que data de 1643, el Papa Urbano VIII también amenazaba con la excomunión a cualquiera que dañara los árboles.